ETA

A veces oigo disparates en parte debidos a la costumbre española de hablar sin conocimiento, ni datos, ni criterio. La de hoy ha sido que ETA luchaba contra Franco y que a partir de su muerte comenzó a extinguirse. Es evidente que no fue así.

Tras la aseveración de esta persona poco informada, ha empezado el debate sobre las palabras de González en la entrevista de "El País" (que no he leído por cierto, así que me abstengo de opinar), y yo simplemente he hablado de mis propios recuerdos, que compart
o ahora con vosotros una vez refrescados y documentados.

En 1980, justo en medio de la Transición, la paranoia y el miedo estaban en todas las cabezas hasta el punto de que el terrorismo era la principal preocupación de los españoles. Ese año ETA mata a 93 personas. La sociedad civil está conmovida por el asesinato de militares o policías e incluso de civiles, como un chaval que jugando golpea una mochila con explosivo o la novia de un guardia civil que muere ametrallada junto a su pareja. Con todo, la mayoría de las víctimas mortales o heridos graves de aquéllos años eran miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y tal era el miedo que recuerdo perfectamente cómo soldados de reemplazo trataban de evitar por todos los medios ser chófer o ayudante de un alto mando militar.

En aquéllos años la mayoría de los atentados se producen dentro del País Vasco. El resto de los españoles los vemos por la tele, con dolor, sí, pero a distancia. ETA sin embargo comienza a salir de la madriguera y mientras sube la categoría de sus objetivos, también atenta cada vez con más frecuencia fuera del País Vasco. En Enero del 84 muere tiroteado el Teniente General Guillermo Quintana Lacaci, y un mes más tarde, el senador Enrique Casas. En Febrero del 85, matan al nº 2 del Banco Central y en julio a Fausto Escrigas, vicealmirante de la Armada, ambos en Madrid.

En 1986 Madrid se despierta cada mañana con un estallido, en un año horrible que empieza con la muerte de febrero del Vicealmirante Cristóbal Colón de Carvajal. En abril mueren 5 guardias cuando un coche bomba revienta la furgoneta en la que se desplazaban por el centro de la capital. En Julio sucede el terrible atentado de la Plaza de la República Dominicana: otro coche-bomba que destroza la vida de 12 guardias en unos segundos.

No sigo.

Quizá Felipe González auspició los GAL, o Suárez el Batallón Vasco Español u otros grupos similares. No lo sé. Si cometieron un delito, que les juzguen los tribunales. Lo que sí sé, con seguridad, es que ellos, como el resto de miembros del gobierno, o como yo que era un chaval de 15 años, o mis padres, que lloraban de rabia frente al televisor, albergamos en algún momento el deseo de que alguien con un par de cojones les diera a los etarras lo que ellos repartían.

En este país hay muy poca memoria o mucha hipocresía. Quizá ambas.