cuando yo era adolescente ya se oía que Fulano o Mengano estaban en "la crisis de los 40". Quien hacia el comentario solía hablar en plan condescendiente, e incluso a veces despectivo, acerca de gente cercana a la cuarentena que se frustraba porque la vida no les había ido como imaginaron, y reaccionaban, en muchos casos, tratando de recuperar la juventud. Cuidar el cuerpo, comprar un coche deportivo, ligarse a una jovencita ... era la vía de escape. Vamos, algo natural cuando la gente se cansa de lo que tiene y echa de menos el último momento emocionante que experimentaron en la vida.
Ahora leo en "El País" que lo de la "crisis de los 40" es un término caduco. Ahora toca la "Generación Peter Pan". Pues vale.

Basta de victimismos. No somos una generación especialmente maltratada, de hecho, ni siquiera somos "especiales". La única diferencia con nuestros mayores es que las responsabilidades nos han llegado un poco tarde, justo cuando nos habíamos acostumbrado a lo bueno.