Ejercicio mental

¿imagináis a un punkarra con cresta y piercings y a un pijazo engominado y de punta en blanco unidos en un solo objetivo?

Vuestra mente no identificará bien tan raro paisaje, pues no son dos individuos muy similares que se diga.

¿Y si a su lado están Aznar y Rubalcaba, deseando cada uno de ellos que se cumpla lo que anhela el otro?

El cuadro ya se vuelve de lo más extraño, digno de El Bosco sin duda.

¿Y qué me decís si, en un momento dado, los cuatro comienzan a saltar y a gritar de alegría, felicitándose entre sí?

Sí, lo sé, ya no entendéis nada.

Yo sí lo entiendo, claro. Les sucede lo mismo que a mí cada 15 días en un estadio de fútbol. Grito con el alma los goles de mi equipo y os aseguro que en alguna final me he abrazado a gente rarísima. En fin, los hombres (y alguna mujer, eh) somos seres muy primarios.

primero la rueda, luego la pelota