dejando de lado ideologías, me parece increíble que los votantes no castiguen con más severidad la corrupción. ¿Cómo escarmentar a los políticos si no les damos caña en las urnas? Si en Andalucía, Valencia y Baleares se mantiene el gobierno después de lo que ha sucedido ... se confirma que nuestro país es decadente en valores.
decadencia
dejando de lado ideologías, me parece increíble que los votantes no castiguen con más severidad la corrupción. ¿Cómo escarmentar a los políticos si no les damos caña en las urnas? Si en Andalucía, Valencia y Baleares se mantiene el gobierno después de lo que ha sucedido ... se confirma que nuestro país es decadente en valores.
el tejo
Las ramas de decenas de árboles me empujan a ocupar el octavo sillar y descubro que mis compañeros están cubiertos de musgo y barro mojado. Sus pies, enterrados en el suelo, no son sino fuertes raíces que reptando se unen con los míos, pero reacciono y consigo liberarme golpeando con mi hacha. Algo parecido a la sangre mancha de verde intenso mis pantalones de faena ...
ensalada de noticias
La pregunta es, ¿es mala la saturación de información? ¿acaso sería peor una reducción de la pluralidad hasta el punto de tener una prensa oficial que nos cribara el acceso libre a lo que los demás piensan? ¿cuál es el punto medio, si lo hay?
En mi caso, adquiero semanalmente alguna revista especializada, en papel, y accedo a varios blogs y resúmenes de prensa económica a diario. Respecto a los periódicos compro prensa escrita tres o cuatro días a la semana, alternando El Páis y ABC. Los domingos el AS. Antes también compraba Público el viernes.
Ahora Público ha caído, como lo hicieron hace años El Independiente o El Sol. ¿Me polarizaré hacia la derecha informativa por esta razón? no creo. Hay muchas alternativas para alimentar mi ansia informativa. ¿Una pena? sí, siempre que muere un periódico me deprime un poco, pero no deja de ser un negocio y si no tiene respaldo económico para salir en papel, tendrá que evolucionar. Tampoco hay que rasgarse las vestiduras, como la pléyade de personas que ayer lloraban la pérdida. Probablemente, si todos ellos hubieran comprado Público a diario, éste no habría desaparecido.
Bueno, me voy a leer Público en la red, que ya he terminado con The Guardian y sobre todo con vuestros blogs !!
los zapatos huérfanos
Hace unos días un amigo me comentó que en los talleres es cada día más frecuente que alguien deje su coche para reparar y nunca más vaya a recogerlo. Me da pena pues me evoca esa leyenda urbana (o no) de viejecitos abandonados en una gasolinera o en casa ajena mientras su familia se va a hacer unos recados. Al menos, estos últimos regresan y el viejecito suspira aliviado mientras piensa que peor destino tienen algunos muebles viejos.
Zapatos, coches, abuelos, todos huérfanos de cariño debido a la crisis del dinero y a la crisis de valores.
Hace años leí, sin terminarlo, un libro de Millás titulado "No mires debajo de la cama". Hablaba de zapatos con vida, que hablan, que aman, que sienten, que odian. Probablemente algunos de ellos odien hoy a los dueños que les abandonaron. Algunos quizá entiendan sus razones, entiendan que alguien tuvo que elegir entre ellos y otro gasto más perentorio. Otros atizarán su rencor amontonados sobre otros pares de zapatos huérfanos de dueño. Y todos, como esos coches del taller o ese abuelo de la gasolinera, mirarán con esperanza a cada persona que se acerque, deseando en silencio que alguien regrese a por ellos.
al borde
-Yo rezo todas las noches.
-¿Qué pide en sus rezos?
-¿De qué desastre?
-¿No lo ve usted?
-No, yo sólo veo un hombre triste, desdichado, un hombre que ha perdido toda esperanza.
-No sé si he perdido algo o más bien algo va creciendo dentro de mí. Cuando le hablo a Clara ella me mira asombrada. De dónde sale todo eso, me pregunta con miedo. ¿Cómo que de dónde? De aquí adentro! De acá! Abro la boca para que mire dentro, me sacaría los ojos para que vea bien de qué esta hecho este hombre que se la folla todas las noches. Pero algo de toda esta mierda le atrae y no entiendo por qué… no se lo cuestiono tampoco, en cualquier momento se da cuenta de que estoy a punto de perder la razón y …
-¿Qué? ¿Entonces qué?
-Entonces se iría, y ya no me quedaría ni un pedazo de razón para tolerar esto un minuto más.