Si no estás habituado a tener esas bajadas, pueden desconcertarte tanto a ti, como a toda tu familia: sudores, sudores como si estuvieras regando la ropa. Temblores, como tiembla la gelatina al lado de un martillo neumático de los que usan para agujerear las aceras. Esos síntomas suelen aparecer de serie. Pero a cada uno se le manifiestan los bajones de unas formas más identificables: dicen que dan dolores de cabeza, de tripa, náuseas...
Lo malo de las bajadas es que si no las cortas a tiempo puedes acabar pasando por un drogadicto, un borracho, o un zombi, y no exagero.
Si a tu cerebro no le llega azúcar, que es la gasolina común que necesitan las células para funcionar, se para. Sí. Tu cerebro se para. Y pasas a un estado semi-inconsciente. Oyes lo que te dicen, pero no coordinas, ni tienes apenas facultad de contestar. Tus andares serán a bandazos. Así que no te preocupes si te toman por un flipado. Pero ya en ese momento tú no podrás reaccionar. O ahí te ayudan, o puedes entrar en coma.
Como no queremos que nadie pase por eso, por una hipoglucemia severa, os invitamos a asistir al Taller "Hipoglucemias. ¿Cómo afrontarlas".
Inmaculada Sánchez Salcedo es enfermera educadora en diabetes en el Hospital Universitario de Valme, de Sevilla, y será ella quién nos hable de este gran problema.
Inmaculada Sánchez Salcedo es enfermera educadora en diabetes en el Hospital Universitario de Valme, de Sevilla, y será ella quién nos hable de este gran problema.
No olvidéis que a cualquiera le pueden dar bajadas de azúcar. Lo que conocemos como "una pájara", eso que le pasa a los ciclistas cuando llegan a desfallecer, es un bajonazo de azúcar. Los esfuerzos tienen su coste.
Si os apetece, nos vemos el martes a las seis de la tarde.
El Centro de Servicios Sociales es al que llamamos en Alcalá Callejón del Huerto. Estaremos en la planta baja, en el salón que disponemos las asociaciones, al fondo.