yo no, la verdad.
Durante un tiempo pensé que yo era ecologista, al menos los síntomas lo decían: socio de ADENA desde pequeño, incontables árboles plantados, subir montañas como actividad favorita , defensor del transporte público ..., pero a la vez otras de las cosas que hago contrarían esta percepción. A saber, llevo un coche bastante pesado, uso el avión con frecuencia, me gusta más la carne que la lechuga, ...
¿Qué soy pues, ecologista, urbanita, pasota, inconsecuente? A veces, hasta he llegado a tener remordimientos por mi modo de vida insuficientemente "ecológico". No soy capaz de aclarerme, y mientras tanto, la publicidad institucional me machaca con el cambio climático, con la comida ecológica, con el estilo de vida sano.
Con todo, reconozco que el rollo ecologista institucional me marea. Y me cansa. Estoy harto de que los gobiernos nos pidan sacrificios a los ciudadanos para reducir las emisiones, para reciclar con eficiencia, para ahorrar energía ... y que luego se gasten el dinero en gilipolleces. Por ejemplo me indigna que me digan que los paneles solares son deficitarios. ¿Y acaso no provoca déficit el coste de cada "inauguración-autobombo"? ¿y el coste de los monumentos de gusto dudoso? ¿y el de los programas cutres de las cadenas públicas? ¿y el de remediar las cagadas de banqueros sin escrúpulos largamente aplaudidos por los mismos que hoy nos hacen pagar sus desmanes?
Cualquier autónomo sabe que no hay beneficio sin inversión, pero en este país vivimos pendientes del "cortoplacismo" de pequeñas victorias sin mucho esfuerzo. Los gobernantes no se plantean que en un plan de inversión a cincuenta años las energías renovables pueden suponer una fuente de ahorro de costes. Tampoco que potenciar la ingeniería ecológica, la ciencia medio-ambiental y la investigación en cultivos o ganadería sostenible es una apuesta para el futuro. Mientras tanto, nos exigen diligencia para llegar a objetivos loables, pero nimios.
¡Qué país, qué fatiga!
Hoy en "El Mundo" aparece una entrevista a Ismael Serrano donde el cantautor reflexiona sobre música y también sobre política. Una de las cosas que me ha llamado la atención es la siguiente:
"Nosotros padecimos 'La Movida', que suponía destapar una olla a presión pero dejar de lado todo lo que tuviera compromiso político profundo. Fue superficial. No dudo de que diera aportaciones culturales artísticas, como en la música pop, pero echó tierra por encima de muchísimas cosas"
Esa reflexión la hemos comentado varias veces entre los colegas. Es cierto qué aquella arenga de Tierno que finalizó con "a colocarse y a ponerse al loro" parece lamentable a oídos de hoy, pero también es cierto que ello le hizo estar cercano a la calle. Tanto que cuando murió, grupos como Barricada montaron un concierto homenaje para el fallecido alcalde. La movida no era sólo "pop", parece.
Volviendo a la "movida", podemos verlos como una panda de mataos con pocas ganas de currar y muchas de pasarlo bien. Al fin, ellos no sabían que estaban creando un mito. No sabían tocar bien, alguno incluso cantaba como un perro, pero esa era su rebeldía: pasar de todo.
Ismael Serrano es un tío comprometido. Y parece un chaval sano, no de los que se drogan ni viven para la juerga. Y poeta. Y quizá el hecho de pintarse de colores el pelo y pasar el día colgado no le parece rebelde sino banal. Pero quizá deba reflexionar en que cuando murió Franco los españoles apenas sabían nada de los sindicatos, del voto, de la paz mundial. Y que aunque ahora parezca que todo dios corrió delante de los "grises" la realidad es que la juventud española estaba tan coartada, que sólo corrían para tomarse una birra en el bar mientras escuchaban canciones de amor poperas. Algunas incluso tan poéticas como las que él compone.
Un extraño vacío en el lugar de los ojos -sin luz, sin brillo, sin
vida... sin ninguna expresión Unos labios de mármol, unas manos inertes... Su
cuerpo gris parecía apenas real.Se esfumó una noche, se perdió en el silencio... Alguien llegó a decir
que todo fue una ilusión... Pero no pudo explicar por qué, cada aniversario,
ante la luna, las nubes dibujan un antifaz.
GALERIA DE METAL
Turno Noche
A: Quería convertirme en una dama, por eso entré a trabajar aquí. Decidí dejar atrás todas mis malas costumbres, rehabilitarme… aunque esa es una palabra un poco manoseada por estrellas de hollywood que chocan sus carros borrachos y son agarrados por la policía.
B: A mí me hace pensar más bien en los putos junkies de la calle, de esos que te venden cualquier chuchería con la excusa de su bendita “rehabilitación”
A: Los famosos dan entrevistas, se venden a sí mismos, esas son sus chucherías.
B: Son lo mismo, dices.
A: Sí. Todos somos iguales. La misma porquería… no te sientes así?
B: No has logrado lo que querías?
A: No, me siento igual. Sólo que ahora la gente me respeta más. No te pasa?
B: Si me pasa sentirme un asco?
A: Sí.
B: Creo que esto que hacemos es un asco. Pero carajo, dime si la millonada que nos pagan no nos va convierte en mejores personas. No querías ser una dama? Con dinero lo serás.
A: (Se ríe) Eres mugroso de verdad.
B: Hago bien mi trabajo. Eso me salva. Cuánto pobre diablo andando por la calle robando o matando… Dime! Miles… Millones! Manadas de escoria. Yo, en cambio, visto de terno, camisas finas, corbata comprada en París. No soy un mugroso cualquiera, lo soy para quien realmente me conoce, y eso reduce el público a ti. Ni siquiera mi madre sabe quién soy…
Silencio
B: … será eso algo bueno o malo?
A: Bueno, créeme.
El ríe.
A: engáñala todo lo que puedas. Haz feliz a esa pobre mujer.
B: Es buena mi madre.
A: No lo dudo.
B: No, en serio. No lo digo como lo diría un preso, o un político. No pretendo que por decirlo creas que soy una mejor persona. En verdad, es buena. Me hubiera gustado que fuera un poco más malvada, menos culposa, menos maternal, creo que me habría hecho más duro, más seguro de mí mismo.
A: Eso lo pensamos todos. Mis padres, mis padres. Hay toda una industria del psicoanálisis alrededor de eso. Eres quien eres porque así pasó. Olvida lo demás.
B: Soy una cucaracha capitalista porque sí?
A: Sí.
B: Estoy aquí, a punto de quitarle hasta el último centavo a gente pobre e inocente porque así tenía que ser?
A: Qué te puedo decir, estamos los malvados para darle de qué hablar a los buenos. Darles trabajo, enemigos. Hacer que sus vidas valgan algo, joder.
B: Mi razón de ser es nutrir a los bondadosos de orgullo, de satisfacción?
A: Sí . Es mi razón de ser también. Estamos juntos en esto, no?. Más nos vale reconocernos como lo que somos y ayudarnos a sobrellevar la certeza de que somos asquerosos.
B: Tiene sentido.
A: Claro que lo tiene.
B: Siempre has sido así?. Tan segura de todo?
A: Antes eran las drogas hablando.
B: Seguías siendo tú.
A: Es diferente.
B: Sigues hablando de cosas que la gente normalmente no dice.
A: No has tenido una conversación como esta?
B: No desde que estaba en la universidad.
A: De repente me quedé mentalmente en mis veintes.
B: De repente son las drogas en tu cuerpo.
A: No me drogo hace mucho.
B: Están en tu alma negra.
A: (rie) sí, puede ser. Haciéndola más negra todavía.
B: Terminemos esto y luego vamos a beber algo, sí?
A: Dale. Qué nos falta?
B: Tenemos las fichas listas?.
A: Sí, todas las deudas, con nombre, apellido, dirección, teléfono y correo electrónico.
B: Tenemos las cartas legales firmadas?
A: Originales y copias.
B: No amas a los abogados? Haciéndonos la vida tan fácil.
A: Un poco. Ganan más que nosotros, por esa razón no los quiero tanto.
B: Es verdad. Coordinaste con la policía para los desalojos forzados?
A: Sí.
B: Me encanta tener a la policía de nuestro lado.
A: Es una bendición.
B: Qué nos falta entonces?
A: Nada. Llegar mañana temprano y empezar con la ejecución. Once de setiembre, esa pobre gente no se va olvidar la fecha nunca.
B: lamento posponer tu plan del mal, pero no viste el memo?
A: Qué memo?
B: Mañana está cerrada la oficina hasta la tarde.
A: Por qué?
B: Fumigación.
A: Fumigación? Nunca he visto una hormiga o una mosca aquí dentro.
B: Parece que es obligatorio.
A: Bueno, habrá que esperar un poco nomás. Es igual. Venimos en la tarde y empezamos.
B: Perfecto.
A: De todas maneras mandemos una copia de todo a nuestros correos. Así queda en la red y no se pierden de ninguna manera.
B: Qué cosa podría pasar que desapareciera todos los archivos?
A: Yo que sé. Es Nueva York. Cualquier cosa puede pasar.
B: Qué preventiva!
Van a las computadoras y suben toda la información a la red.
A: Listo.
B: Acabé. A limpiar nuestras culpas se ha dicho.
A: Tienes culpas?
B: Tú no?
A: No. El trabajo es sagrado, estoy bendecida desde ya por estar aquí. Lista para el cielo, mi amigo!
B: Bueno angelito, a por unas cervezas. Apaga las luces.
A: Ok.
B: Este lugar es impresionante.
A: Lo es.
B: Estamos en la cima del mundo, lo sabes, no?
A: Lo recuerdo cada noche antes de dormir y cada vez que despierto.
Salen de la oficina.
dicen que tomarse unos días de descanso ayuda a "desconectar" del barullo habitual que es nuestra vida. Y es cierto, porque a veces creo que de los siete días de la semana muero un poquito en cinco de ellos y sólo vivo los dos restantes.
Viajar a un lugar distinto al habitual, hablar con gente distinta, probar nuevos platos, aprender las reglas de un nuevo juego, ... esas cosas me reviven.
Eso sí, rompo una lanza por los "de siempre" que me hacen sentir bien esos findes de invierno en los que "estar con casi nadie" es tenerlo todo.
Para vosotros, zorros ...
hace unos diez años, un gran amigo me mostró esta maravilla. Siempre respeté a Ritchie Blackmore por lo que nos dieron los Purple, pero tras oír esto casi me paso de un salto al Folk. Con ustedes, mi canción favorita ...
I took a walk along the shore
To clear my mind about the day,
I saw a man I'd seen before
As I approached he slipped away...
I knew his face from years ago,
His smile stays with me ever more
His eyes, they guide me through the haze
And give me shelter from the storm...
As I walk I can feel him,
Always watching over me...
His voice surrounds me,
My Spirit of the Sea...
He went away so long ago,
On a maiden voyage far away
A young man then I did not know,
His life was taken that same day...
And it was almost like he knew
He wouldn't see me anymore
He looked so deeply in my eyes,
and said"Wait for me along the shore..."
And so I come most every day,
To watch the waves rise and fall,
And as I sit here on the sand,
This ocean makes me feel so small...
But I feel my lover by my side,
And he makes me follow my own heart
We'll be together some sweet day
When that day comes we'll never part...
When that day comes we'll never part...
Wait for me along the shore
esta semana he ido a trabajar en transporte público y he tenido ocasión de disfrutar y padecer a los muchos músicos que pueblan los rincones del Metro de Madrid. La verdad es que es un placer oír a algunos de ellos, como al violinista de Avenida de América. Siempre se pone al final de un largo pasillo y el sonido de su violín se va intensificando según te acercas. Me encanta.
Lo malo es que no todos tocan tan bien. Esta tarde, en el lugar que ocupa el violinista por la mañana había un guitarrista interpretando una canción de Dire Straits, ayer pasé cuando estaba interpretando Led Zeppelin. No era bueno, pero se dejaba oír. Al doblar la esquina, otro cantante, ahora del Este de Europa, interpretando una canción de su tierra que no parecía muy del gusto de aquí. El amplificador, además, estaba cascado y le castigaba más que ayudaba.
Al final lo bueno es que unos y otros sacan unas perras para pasar la penuria. Y es que, en estos tiempos, cada cual tiene que buscarse el jornal como puede.
una noche oscura
La noche era muy oscura. Los perros afuera ladraban. Carolina miró el reloj. 3:23am
Se levantó de la cama y se acercó a la ventana, abrió las cortinas. En el tenue reflejo de la ventana le pareció ver una sombra al lado de su puerta. Volteó pero ya no había nada. Miró hacia fuera, los perros volvían a sus camas. Prendió la luz de la mesa de noche y decidió no cerrar la cortina.
-Tengo sueño, voy a dormir ya.- dijo.
Se metió a la cama, cerró los ojos. El corazón latía fuerte. Respiró profundo. Recordaba su infancia, los juegos con su hermana Margarita, las témperas y crayolas, respiraba, los dibujos en las paredes, los vestidos de flores, los pies descalzos. Las remodelaciones de la casa, las corridas en la escalera. Risas, muchas risas. Los enormes ojos de Margarita diciéndole buenas noches.
Soñó que volaba sobre un parque. Podía pararse sobre las ramas de los árboles a observar a la gente ante la cual era invisible. Se sentía ligera, en libertad de volar hacia donde quisiera. Miró hacia abajo y entre el tumulto sus padres la observaban.
La noche estaba tranquila. El silencio lo abarcaba todo. Eran las 4:44 de la mañana cuando un ruido seco en en primer piso cortó la calma en dos. Carolina abrió los ojos. La luz amarilla de la pequeña lámpara de mesa seguía encendida, los perros no ladraron. Se levantó, se paró sobre el par de pantuflas, se puso encima un chal y abrió la puerta de su cuarto. Carolina se mantuvo dentro de su habitación, mirando desde el marco de la puerta abierta el interruptor de luz que la esperaba al otro lado del pasillo, al inicio de la escalera.
-Voy a ir por agua- dijo.
Llegó al interruptor y encendió la luz blanca de la escalera. Bajó con los pasos marcados por los fuertes latidos que le remecían el pecho.
Al llegar a la cocina y encender la luz un ratón escapó entre sus pies. Carolina contuvo un grito y dos lágrimas se escurrieron por sus ojos verdes. Tomó un vaso del gabinete. Lo acercó a la jarrita de vidrio y se sirvió un poco de agua. La tomó en pequeños sorbos.
Afuera los pájaros madrugadores ya empezaban a cantar. Los trinos y aleteos la acompañaban en el frío de la incipiente mañana. Sirvió un vaso más, tapó la jarra y salió de la cocina dejando la luz encendida. Al pie de la escalera notó que la luz blanca se había apagado y no recordaba haberlo hecho.
-Voy a subir y me voy a dormir- anunció.
Subió con pasos firmes. No quería tropezar. Al llegar al pasillo del segundo piso tocó el interruptor tal como lo había hecho minutos antes, pero la luz no se encendió.
Esperó, detenida, con el vaso entre las manos. Bebió un sorbo. Se acomodó el chal. Pensó en lo feliz que había sido de niña en esa casa. Recordó los juegos que jugaba con Margarita, la pared de colores, las herramientas de los obreros de construcción, la vez que desobedecieron a mamá y se escabulleron a la azotea que pronto sería el nuevo segundo piso. Recordó las risas, los nervios, las corridas y un empujón. Un grito intenso pero corto. Un ruido seco tras la caída.
Carolina lanzó hacia su cuarto el vaso de vidrio que al caer no se rompió, en cambio, rodó suavemente hacia ella.
Carolina no se movió. Sus ojos, fijos en el vaso que se acercaba en línea recta, no parpadeaban. Envuelta en el silencio sólo podía susurrar.
-Margarita ya no quiero jugar. Tengo sueño, por favor. Tengo tanto sueño.
Recuerdo vívidamente el aspecto de su ropa. Prendas viejas, con olor a jara y a pinar, siempre con alguna brizna de paja prendida de las mangas o las perneras. Nunca estaba en casa cuando yo despertaba y sólo regresaba a casa cuando la última luz se había ido. Era habitual que padre y él aparecieran en el horizonte helado, como materializados en la oscuridad de la noche invernal. Mamá y yo solíamos esperarles al final del cercado, sosteniendo encendido un fanal al que hacía oscilar el viento. Luego entrábamos los cuatro juntos a casa y cenábamos las sopas que había preparado la abuela sentados alrededor del fuego. Yo, siempre acurrucado junto a él, casi siempre me quedaba dormido mientras acariciaba mi pelo y se extendía por la estancia aquél olor a resina de pino.
Recuerdo vívidamente el aspecto de su ropa. Prendas viejas, con olor a jara y a pinar, siempre con alguna brizna de paja prendida de las mangas o las perneras. Nunca estaba en casa cuando yo despertaba y sólo regresaba a casa cuando la última luz se había ido. Era habitual que padre y él aparecieran en el horizonte helado, como materializados en la oscuridad de la noche invernal. Mamá y yo solíamos esperarles al final del cercado, sosteniendo encendido un fanal al que hacía oscilar el viento. Luego entrábamos los cuatro juntos a casa y cenábamos las sopas que había preparado la abuela sentados alrededor del fuego. Yo, siempre acurrucado junto a él, casi siempre me quedaba dormido mientras acariciaba mi pelo y se extendía por la estancia aquél olor a resina de pino.
minutos
La hora se quedó fija
Miraba el minuto y no cambiaba
No llegaba el nuevo
Por qué se me hace todo tan eterno
Por qué siento que mi vida entera pasa frente a un reloj que no avanza
Y mi ropa se hace vieja
Y mis zapatos se sueltan, se me salen
Mi pelo se seca, se despeina
Mis oídos se ensucian, se tapan
Y ya no oigo el ladrido de mis perros llamándome
Y me escucho respirar
Y pienso
Imagino
El día que pueda salir de mí
Ese será un gran día
Cuando los minutos comiencen a avanzar
hoy he ido a la manifestación convocada por los sindicatos en Madrid en defensa de los derechos de los trabajadores. Cuatro gatos. Había más gente en el Bernabéu el domingo, y eso que durante la marcha no llovía. Ha sido una oportunidad desperdiciada para hacer ver al Gobierno que la gente está preocupada por su futuro.
Es una pena comprobar día a día que la gente no utiliza ya la libertad de expresión política. Durante muchos años no estuvo permitido hablar, y ahora que podemos, sólo rajamos en el bar. No salimos a la calle, muchos ya ni votamos ... en fin, así nos va la vida.
Viendo el percal, espero tener salud suficiente que me permita ahorrar dinerito y asegurar mi vejez antes de los 67 años, porque me faltan un montón de años aún para llegar a esa meta y por el camino seguro que a algún otro político se le ocurre incrementar aún más la cifra hasta los 68, 69, 70 ...
Qué envidia me dan los obispos que son capaces de convocar a millones de personas. Esos sí que saben.
hace ciento cincuenta años los trabajadores no tenían derecho a reunirse u organizarse, trabajaban sin medidas de seguridad, sin vacaciones, durante jornadas de 14 horas los siete días a la semana, podían ser despedidos sin preaviso ni indemnización y la palabra "pensión" no tenía otro significado que el de un lugar donde alojarse un par de noches.
Hoy, gracias a la presión social ejercida durante este siglo y medio, los trabajadores tienen derecho a negociar su salario, a negarse a trabajar si no se cumplen las leyes de seguridad e higiene en el trabajo, existen juzgados donde recurrir si creen vulnerados sus derechos y organizaciones laborales que les defienden. También tienen la obligación de contribuir durante su vida laboral a la hucha de la Seguridad Social, y el derecho a percibir parte de esa hucha en caso de que se cumplan determinadas eventualidades: cumplir 65 años, quedarse en paro, sufrir una enfermedad inhabilitante para continuar trabajando ...
¿Cómo continuará la historia de los trabajadores?
Puede ser que el coste de mantener estos derechos suponga una carga insoportable para las empresas y muchas de ellas cierren. Ello provocaría un incremento de parados cuyo sustento habría de costear la Seguridad Social a la vez que los ingresos para la hucha común decrecerían y una eventual espiral del paro terminaría por quebrar el sistema.
También puede ser que surja un gobierno inteligente que ataque el origen de los problemas y no se dedique solamente a poner parches en las consecuencias. Un gobierno que persiga a los que realmente encarecen el sistema: trabajadores holgazanes, capataces de plantación, falsos enfermos y parados, delincuentes fiscales ... ; un gobierno que dedique el superávit fiscal de los años de bonanza ahorrando para otros períodos menos boyantes.
Cualquiera sabe cómo acabarán las cosas, aunque, si tengo que apostar, me la juego a un par de parches.
hace ciento cincuenta años los trabajadores no tenían derecho a reunirse u organizarse, trabajaban sin medidas de seguridad, sin vacaciones, durante jornadas de 14 horas los siete días a la semana, podían ser despedidos sin preaviso ni indemnización y la palabra "pensión" no tenía otro significado que el de un lugar donde alojarse un par de noches.
Hoy, gracias a la presión social ejercida durante este siglo y medio, los trabajadores tienen derecho a negociar su salario, a negarse a trabajar si no se cumplen las leyes de seguridad e higiene en el trabajo, existen juzgados donde recurrir si creen vulnerados sus derechos y organizaciones laborales que les defienden. También tienen la obligación de contribuir durante su vida laboral a la hucha de la Seguridad Social, y el derecho a percibir parte de esa hucha en caso de que se cumplan determinadas eventualidades: cumplir 65 años, quedarse en paro, sufrir una enfermedad inhabilitante para continuar trabajando ...
¿Cómo continuará la historia de los trabajadores?
Puede ser que el coste de mantener estos derechos suponga una carga insoportable para las empresas y muchas de ellas cierren. Ello provocaría un incremento de parados cuyo sustento habría de costear la Seguridad Social a la vez que los ingresos para la hucha común decrecerían y una eventual espiral del paro terminaría por quebrar el sistema.
También puede ser que surja un gobierno inteligente que ataque el origen de los problemas y no se dedique solamente a poner parches en las consecuencias. Un gobierno que persiga a los que realmente encarecen el sistema: trabajadores holgazanes, capataces de plantación, falsos enfermos y parados, delincuentes fiscales ... ; un gobierno que dedique el superávit fiscal de los años de bonanza ahorrando para otros períodos menos boyantes.
Cualquiera sabe cómo acabarán las cosas, aunque, si tengo que apostar, me la juego a un par de parches.
suelo pasar muy deprisa la página de los obituarios (la de los que han "palmao" el día anterior, para entendernos) y la mayoría de las veces no leo nada de lo que pone en ella. Hoy, sin embargo, vi que había muerto Doug Fieger. Ya, ya supongo que ese nombre no os dice nada. A mí tampoco hasta que he leído que era el vocalista de The Knack. ¿Tampoco los conocéis? ¿ni siquiera a los que os volvéis locos tocando una guitarra invisible en el "Guitar Hero"?
Bueno, antes de daros por imposibles os doy una última oportunidad de recordar a The Knack con su super éxito "My Sharona" , uno de esos temas que justifican por sí solos la carrera de un grupo:
Del Caribe
me gusta pasear por la ciudad y descubrir las decenas de lugares cuyos nombres evocan los tiempos en los que el campo cercaba la ciudad, y no al revés. Leer los nombres de calles y plazas trasladan la imaginación a otros tiempos, aquéllos en los que dicen que hasta había osos en Madrid.
Lástima que al abrir los ojos descubra que el paisaje sólo use colores gris y ocre, así que pienso que el paraje donde un día creció el Pinar de Chamartín pudiera haber sido mejor conocido como "Altas Torres" en homenaje al conglomerado de edificios de más de 15 pisos que componen hoy el abigarrado paisaje . No sé que pensarían los antiguos si oyeran que es una "zona residencial".
En el centro, la Calle del Arenal debería ser conocida como la "Calle de la Joy", pues todo el mundo conoce esa discoteca mientras la arena yace enterrada bajo varios metros de pavimento. De la Calle de las Huertas no hay mucho más que decir, a no ser que en las huertas del Madrid antiguo se cultivasen copas, claro.
Y aún hay casos peores, como el de la Cañada Real Galiana, rimbombante nombre para la actual "Travesía de la Droga", sede de camellos y marginados que no hubieran sido admitidos en Corte alguna y quizá siquiera en una cañada de aquéllas que servían como paso de ganado.
El caso es que la ciudad gana terreno con sus luces y sus miserias, mientras el campo ... se va. Sólo quedan en Madrid arroyos, pinares y fuentes para dar nombre a calles. Arroyo del Santo, Fuente del Berro, ¿cómo serían en su día?
Dragón
Acampar
desde los primeros tiempos las principales preocupaciones del hombre han sido procurarse alimento y seguridad. Con el tiempo, una parte del mundo (el tercer ídem) sigue teniendo exactamente las mismas preocupaciones. El segundo mundo no sabe, no contesta, y el primer mundo escribe blogs y busca cosas de las que quejarse.
Aquí, en el primer mundo ya tenemos solucionado el tema del alimento y seguridad, pero para solidarizarnos con los del tercer mundo (ya hemos dicho que los del segundo pasan del tema), hacemos como que aún andamos preocupadillos. Por eso hacemos cosas tales como incluir en el IPC la evolución del precio del caviar, de las angulas y los bogavantes junto a los más terrenales quesos, huevos y vino.
Respecto a la seguridad ... estoy harto de quitarme el cinturón en los aeropuertos, de esperar cuarto de hora ante los guardias de seguridad de cualquier oficina, de apagar el móvil o incluso dejarlo en depósito ¡porque tiene cámara!. Al final, de tanto control, te ves a ti mismo unas veces como un terrorista chihita y otras como un policía tratando de cazar a Bin Laden. Oyes a tres tíos hablando árabe en la calle y ni los miras. Los ves en el aeropuerto, y te cagas de miedo. No te digo si encima llevan mochilas.
A lo mejor son cosas mías, pero me da que cuando el cerebro no tiene cosas importantes de las que preocuparse, se las inventa.
Gregario
el primer día del año escribí un cuento cuyo final transcurría en un extraño lugar de la montaña.
Es un claro en el bosque, cerca de la cota más alta del Elenco, a unos 1800m de altura. Un paraje luminoso en Verano, pero al que el Invierno dota de un extraño aura. Ayer permanecí allí media hora, quieto, en silencio. No se oía nada, ni un pájaro. Había huellas de animales pero ni un sonido se abrió paso entre la niebla.
Y aunque iba abrigado, sentí frío.
T. T. (termador torador)
es sabido que el dominio de los idiomas no es una de las virtudes que se suponen a un buen español. Lo de hablar en lengua extraña no es cosa sencilla, y si a veces nos trastabillamos chamullando el habla cervantina, es difícil ver a un paisano parlando con fluidez en lengua inglesa.
En mi oficina hay que usar el inglés para todo, y lo hacemos ... cómo podemos. Al margen de unos cuantos que aprendieron mientras servían hamburguesas o pizzas en alguna ciudad inglesa, los demás somos carne de academia cutre. De hecho, muchos ni siquiera estudiaron inglés en el colegio. Hubo un tiempo no muy lejano en el que se daba sólo francés en la escuela, e impartido por profesores que nunca habína pasado por Francia.
Total, que todos los días tenemos la misma cantinela:
_. buff, ahora tengo una "call" con un tío al que no se le entiende ni Blas.Y así solemos acabar, con cierta autocompasión, y echando la culpa al sistema educativo. No falta razón, pero la verdad es que son minoría los amiguetes que le han echado narices y han vivido fuera de España una temporada y esa es la verdadera razón de que seamos tan malos hablando inglés. Casi todos nosotros hemos aprendido aquí, con mucho esfuerzo y con poca calidad.
_.¿un inglés?
_.pues claro, el tío habla a toda hostia y con una
patata en la boca.
_.¡qué cabrón! ya podían tener un poco de consideración
con los que nos esforzamos en hablar en su idioma.
_.Ya ves, vaya suerte
tienen los nórdicos. Pilotan un huevo de lenguas.
_.¡Y los holandeses!
_.¡Y los belgas!
_.¡Y los portugueses!
_.¿también los portus?
_.sí, como allí no doblan las películas, desde pequeños se acostumbran a ver
los dibujos en inglés y luego les es más fácil.
_.pues los italianos tampoco te creas que hablan bien, a lo mejor hasta peor que nosotros.
_.bueno, ya,
_.ni los franchutes, ¡eh!.
Es un buen ejemplo uno de mis compañeros, un tío que se defiende como puede después de muchos años currando en multinacionales, pero que en cuanto abre la boca hablando en inglés pierde toda la elocuencia que tiene usando el castellano. A veces nos partimos de risa cuando usa alguna palabra "inventada" para expresarse mejor. Ya le he oído un par de veces decir "I´m disgusting" queriendo decir "estoy disgustado". Lo malo es que en inglés significa "soy asqueroso". Pues nada, ya se lo advertimos un día, pero el tío sigue erre que erre.
Los demás vamos por el mismo camino. Particularmente yo soy malísimo de oído y cada vez que oigo un acento nuevo me cuesta unos minutos habituarme. A este paso no me voy a quitar nunca la necesidad de pedir que me repitan o que digan la frase de otra forma. Eso sí, quizá porque conozco mis deficiencias trato de no meter la pata usando palabras españolas de esas que suenan parecidas en inglés, como el "disgusting" de mi amiguete. Y más desde que me enteré de que "I´m constipated" no significa "estoy constipado" sino, "estoy estreñido".
Vaya tela.
Chamoso
Cuando los peores caminos del agrobike no consiguen detener el avance de verdaderos "homes de ferro" este puente de madera limpisimo, sin tacha, sorprende como si fuera de hielo. Va siendo casi por devoción pegarse un buen piño en este puente, Pepepower y Xo al unisono, en una mezcla de ruedas aluminio madera y beteteiros, los dos a "roulos" encajando cada voltereta con su respectivo hueso, ahora hombro, ahora rodilla, ahora lombo ajjajajaja autentico kiromasaje.
mEtAl
arruiné todo en un segundo.
*
usé mucho mi sonrisa hoy.
creo que se ha roto.
*
* *
* *
*
*
me balanceo sobre una pelota azul
como un elefante en un bosque donde nadie lo ve
hago piruetas, doy saltos, es una obra maestra.
nadie lo sabe
miro a mi alrededor, no me importa.
tomo la pelota, la cargo en mi espalda.
y de pronto me pesa.
* *
* * *
* *
Don
Creo que hay un antes y un despues desde aquel accidente por una averia mecanica en su burra, la rotura del manillar en plena bajada izo perder parte de la fe que siempre hay que tener para descender con un trasto entre las piernas, a lo que pudo ser, saldó el lance con eridas leves... Creo que vuelve con ansias renovadas, me alegro, por que parte de este mundo lo ha descubierto Don
Javi
A 30 años de la quema de la embajada
Don Correcaminos
Está de nuevo rulando btt, su burra, una Kona sin suspensión trasera, con zapatas y horquilla Ro Xon, nos recuerda el tiempo de Eliseo por Bascuas el año 92 del siglo pasado, Hoy a Don d'ai Lama se le empañarón las gafas, las lentillas, antes, no le daban problemas, creo que le presta volver a las raices de la montaña, por no traer no traía ni kit de invierno.
Entruido
Con tres abujeros (h)
Que facil, una bola pesada, tres ojeros para tres dedos, corazón, indice y pulgar, pues nun ye asín non, corazón, anular y pulgar ajaaa ahora si.... Esta tirao hacer "pleno", me gusta mas que jugar a los dardos por que pa meter una en el centro ufff tres dias....
Los bolos de yanquilandia, como el Macmorras, la Pizza, el Curry, el pastor aleman, todo de fuera. Lo de aquí tambien tiene su importancia, a aguillada un palo para dirigir las vacas al prado, con una punta insertada en el extremo a forma de pincho, para que el animal responda inmediatamente a la orden del ganadero...¡¡¡VACA B !!!!
ver gris
Ruta de supervivencia siguiendo al Yetty (el de las nueve) Tenemos una asombrosa capacidad para pasarlo bien. Nieve, mucha nieve, 5 aventurer@s, 2 tototerrenos, una montaña GOIA, Te y Ferreiros Roches. No tardó en quedar un vahiculo en la nieve, sin poder salir.....planeamos una estrategia, con la ayuda de cuerdas y herramientas para liberar de nieve, practicamos unas rodadas largas, sin más problemas logramos salir....
Despues lo de ARROULARSE en la nieve, espido, y el baño recomfortador al aire libre, de noche, con el coche a 24ºc esperando, eso ya es propio de VER GRIS el último supermuriente.jajajajaja