El abuelo
(en homenaje a Miguel Delibes, un literato)

¿a cuántas personas amé? ¿cincuenta, veinte, quizá un ciento? ¿cómo puedo contar si ni siquiera sé el lugar en el que están enterrados? Desde luego recuerdo la primera persona a la que quise de verdad. Era el padrastro de mi madre, el hombre que se casó con la abuela cuando enviudó.
Recuerdo vívidamente el aspecto de su ropa. Prendas viejas, con olor a jara y a pinar, siempre con alguna brizna de paja prendida de las mangas o las perneras. Nunca estaba en casa cuando yo despertaba y sólo regresaba a casa cuando la última luz se había ido. Era habitual que padre y él aparecieran en el horizonte helado, como materializados en la oscuridad de la noche invernal. Mamá y yo solíamos esperarles al final del cercado, sosteniendo encendido un fanal al que hacía oscilar el viento. Luego entrábamos los cuatro juntos a casa y cenábamos las sopas que había preparado la abuela sentados alrededor del fuego. Yo, siempre acurrucado junto a él, casi siempre me quedaba dormido mientras acariciaba mi pelo y se extendía por la estancia aquél olor a resina de pino.

Quizá él no fuera realmente mi abuelo, pero ... sí, definitivamente fue la primera persona que quise de verdad.
El abuelo
(en homenaje a Miguel Delibes, un literato)

¿a cuántas personas amé? ¿cincuenta, veinte, quizá un ciento? ¿cómo puedo contar si ni siquiera sé el lugar en el que están enterrados? Desde luego recuerdo la primera persona a la que quise de verdad. Era el padrastro de mi madre, el hombre que se casó con la abuela cuando enviudó.
Recuerdo vívidamente el aspecto de su ropa. Prendas viejas, con olor a jara y a pinar, siempre con alguna brizna de paja prendida de las mangas o las perneras. Nunca estaba en casa cuando yo despertaba y sólo regresaba a casa cuando la última luz se había ido. Era habitual que padre y él aparecieran en el horizonte helado, como materializados en la oscuridad de la noche invernal. Mamá y yo solíamos esperarles al final del cercado, sosteniendo encendido un fanal al que hacía oscilar el viento. Luego entrábamos los cuatro juntos a casa y cenábamos las sopas que había preparado la abuela sentados alrededor del fuego. Yo, siempre acurrucado junto a él, casi siempre me quedaba dormido mientras acariciaba mi pelo y se extendía por la estancia aquél olor a resina de pino.

Quizá él no fuera realmente mi abuelo, pero ... sí, definitivamente fue la primera persona que quise de verdad.
batacazo europeo, y van seis ...


Dice mi quiosquera que hoy nadie compra el Marca, ¡no te jode!


Casting de políticos
cuando tu oficio es "político" te encuentras con el problema de que tu cargo sólo dura unos años. Así que durante ese tiempo, en lugar de dedicarte a hacer bien tu trabajo, has de consumir los meses tejiendo una red de regalías y favores que te aseguren "otro cargo" una vez que acabe el actual. Y así sucesivamente hasta que te jubiles (siempre antes de los 67 por supuesto).

Los políticos, además no suelen ser especialistas en ninguna materia. Incluso entre los que son intelectualmente brillantes, tanto vaivén entre cargos les hace aprendices de mucho y maestros de nada. Un caso excepcionalmente claro es el de Catherine Ashton, la sucesora de Solana como Mr. PESC, una suerte de ministro de asuntos exteriores de la Unión Europea.
Sucedió hace unos meses que, por el tema de las regalías que comenté antes, el nuevo Mr. Pesc había de ser inglés. Por narices y porque Tony Blair había sido rechazado como Presidente del Consejo Europeo. Así que por narices también, los europeos fueron rechazando, uno tras otro, a todos los candidatos ingleses: Miliband, Mandelson y Hoon. Cuando llego Mrs. Ashton, que además de ser mujer es baronesa, los europeos dijeron, bueeeeeeeeno vale y la aceptaron para no disgustar a los británicos.

Tres meses más tarde de esta elección, los 27 se han dado cuenta de que esta señora no tiene la formación suficiente para el cargo, que es bastante antieuropeísta y que la diplomacia es la menor de sus virtudes. ¡Vaya casting!

Y además, es fea, realmente fea. Igual que el payo que derrotó a Blair en la lucha por la presidencia del Consejo, el Sr. Van Rompuy. Cuando vi a los dos elegidos me pregunté si el objetivo era dar miedo a las otras potencias.


A-ha

esta semana he oído que A-ha deja la música definitivamente. Muy poperos y efectivos, estos nórdicos nos deleitaron en los 80 con canciones como ésta:



Por cierto, un estupendo vídeo ...