Fin de año con los Beatles

algo de buena música para despedir este 2009.

¡Muera el buzón!

no sé vosotros pero a mí el correo me satura. Y no me refiero al correo electrónico, sino a las cartas de toda la vida. Diariamente me llegan 4 ó 5 sobres de bancos, de tiendas, de tarjetas de no sé qué o no sé cuál, de papeluchos varios que se van acumulando hasta que los abro en un rato perdido del fin de semana. Además, no sé qué tiene el papel, pero igual que cuando me llega una información del correo electrónico la despacho enseguida, me cuesta mucho tirar un papel a la basura si no lo he leído y releído.

Por suerte mi conciencia ecologista me ayuda en esta tarea y ya he pedido a los suministradores que me manden las facturas por Internet. Primero fue el proveedor de aDSL. Con la compañía del gas y de la luz tampoco ha habido problema, pero con los bancos no hay nada que hacer. Lo que les cuesta evolucionar, oye.

¡Si incluso los bancos on-line me mandan papelotes a casa!.

Harto estoy, y ya me he decidido, no voy a abrir la puerta a ningún cartero más. No, ni siquiera a ti. No insistas. Mi decisión es inamovible ...

¡Vendo! ¡vendo! ¡vendo!

hace unos meses salí del trabajo y tras entrar en El Corte Inglés, tres personas distintas se dirigieron a mí confundiéndome con un dependiente. Lo vi más o menos lógico en los dos primeros casos porque yo iba vestido con traje, al igual que los empleados de la planta de ropa de caballero. Con la tercera persona que me preguntó, ... ya no lo vi tan normal. En ese momento estaba en la sección de alimentación, frente a un frigo lleno de yogures ...
Desde entonces, cada vez que entro en el Corte me quito la corbata.



Hoy me ha vuelto a pasar algo similar. De nuevo por mi culpa, claro. Ir a Alcampo el día antes de Nochebuena, con pantalones negros, jersey de lana rojo, y con los dependientes verdaderos escondiéndose ante la avalancha de clientes ... es un cóctel peligroso. Una señora me ha preguntado por un libro y otra por unas plantas. Varios más me han mirado de reojo, incluso diría yo que con rencor (debían pensar que también me escaqueaba).

Al menos tengo el consuelo de que con esta cara de dependiente que gasto, si pierdo mi empleo actual pronto encontraré uno en alguna gran superficie.

Propósito de enmienda: prometo que para el 2010 aprenderé a camuflarme con mis semejantes. No más confusiones. ¡Quiero ser un cliente del montón! Y empezaré mañana mismo. Me iré al Centro y nada más llegar compraré un gorro cabeza-de-reno de los que se llevan este año, no sea que me confundan con un taxista o peor, con un político.


Tiempos modernos

entro en un bar a tomar un café a eso de las 9 de la mañana. Mientras me enamoro de un donut de chocolate ( está para comérselo, uhmmmm ) veo de reojo como entra un hombre negro y se apoya en la barra justo a mi izquierda. Viene jodido de frío, con mono de trabajo y un gorro sucio de lana.

Sonrisa de oreja a oreja, saluda al barman y suelta, en voz bien alta:

_. "Camarerooo, un sol y sombra y un vaso de agua"
-. "coño, ¿también os gusta a los negros el coñá?"
-. "a ver, si te hubieras levantado a las 6 como yo, ¡ya te apetecería un refuerzo!"


parece que se conocen y con la broma y a estas alturas yo ya me he atragantado dos veces con el donut a causa de la risa, pero sigo leyendo el periódico sin levantar la cabeza. Yo a lo mío como decía la loca de mi pueblo.

-. "¿y el rollo ese del Corán , que no podéis beber y tal?"
-. "bah, bah"


me doy cuenta de que el negro (no era de color, era negro como la noche), tiene acento árabe, como marroquí o así, y se confirma cuando el blanco (el barman) sigue picándole:

-. "anda que os la hemos clavao bien con la Aminatu, ¿eh?"
_. "sí, sí, pero a mi me da igual"


el negro dice que es mauritano, pero al blanco, al que no debe sonar mucho por dónde anda Mauritania, sigue dándole a la manivela.

_. "es que siempre os ganamos a los marroquís"
_. "sí, sí" murmura el mauritano mientras da un sorbo al sol y sombra, un sorbo al vaso de agua.

Cambian de tercio y empiezan a hablar de fútbol. El camarero es del Atleti y el cliente del Barça. Ya tienen algo en común y empiezan a darle cera al Madrid. Ya no me río tanto ( snif ), pago y les dejo allí en amigable compañía y riéndose de algo que no alcanzo a oír.

Me alejo pensando que la tradición del sol y sombra matutino ahora la guardan los inmigrantes
y que ser del Madrí ya no es tan apreciado como antes ...
Copenhague y el clima


Estas figuras de hielo esperan y desesperan mientras los líderes mundiales juegan la partida de las emisiones contaminantes.
No tienen mucho tiempo, pero me da que aunque tardasen años en derretirse no verían un acuerdo entre los principales egos del mundo. Más fácil sería que pasase un camello por el ojo de una aguja.

O quizá esperan a que se decida ella. Que sea pronto pues corre el riesgo de que el nivel del mar la sobrepase ...