falta poco para 28

Te veo todo blanco pedazo de tiempo delante de mí y no tengo cómo mancharte de algo que tenga aunque sea un ligero sentido.

Como anda todo quieto y tranquilo como aguita en un vaso relajado, pues que el único viento que sopla es el de mi respiración. Y sin viento no se avanza, ni para la izquierda ni la derecha. Pasaron las ballenas debajo de mi bote y me dejaron una carta que no debo abrir todavía.

Primero lo primero, me dijeron, y ya tengo los lentes puestos y asumidos y veo mejor. Entiendo mejor, las letras no se juntan, dijo el doctor, mi doctor, nuevo pero viejo, mío, porque me hizo serios descuentos. Mi doctor flaco, alto y pelado, de barba. Mi oculista. Mis ballenas. Mi pedazo de arena y de mar. Mi bote, y mi respiración.

Puse una película a correr ahora, y me llevó en tren entre colores de la vida y maletas de Louis Vuitton que algún día copiaré.

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Hasta que tenga nuevas maneras de juntarlas no se habla más de este asunto con palabras.

No decirse la verdad
para comerse el alma
en las esquinas
es decirle al aire
que se inventan relojes
para retrasar el tictac
acelerado de la muerte.



Smilies

Hoy voy a hacer publicidad de otro blog. Se llama “Faces in Places” y se dedica a encontrar rostros en los sitios más insospechados. No sólo en un árbol o en una roca, o en una nube, que eso está muy visto, sino en cualquier lugar u objeto.

Lo que más me ha gustado es que casi todas las caras sonríen. Debe ser por eso por lo que no hay ninguna foto de Mariano Rajoy o de Maria Teresa Fernández de la Vega, je, je. Bueno, no me meto más con ellos, que yo tampoco soy el doble de Adonis (aunque sí sonrío y mucho)

Hay va el enlace. A ver qué os parece. El blog admite colaboraciones, así que si tenéis alguna foto de este estilo, podéis enviarla para que os la publiquen:
Si es que no me entero

A ver si me lo explica alguno que sea más listo que yo, uno que haya estudiado ingeniería, o mejor, uno que haya ganado una oposición, eso es.

A ver, o sea que me decís que si no hay ganado, sube la carne, nos quedamos sin proteínas y morimos.
Y también me decís que si hay ganado, entonces las vacas se tiran demasiados pedos, se incrementa el efecto invernadero y morimos otra vez.
Si hay agricultura, que si tal …
Si hay …


Y no me entra en la cabeza. Hubo un tiempo en el que los árboles medían más de cien metros y el campo estaba lleno de dinosaurios, que ríase usted de un pedo de dinosaurio … por no hablar de las cagadas, claro, vamos que cómo debía estar el campo ... Y parece que vivían todos muy bien, y muy a gusto, hasta que un meteorito o un alienígena borracho que estrelló la nave, lo jodió todo.

Va a ser o que los que molestamos somos nosotros, o que va a tener que caer otro meteorito para poner todo en orden …
Acompañada de tres de las ilustraciones y nueve de los poemas que conforman Preguntar el aire, Alfonso Chase publicó esta reseña el pasado sábado 13 de setiembre en La Prensa Libre:


Germinal

Año II No. 83
Alfonso Chase

Byron Espinoza (1979), es tan joven como la vida misma renovándose y su biografía se reduce a intentarla vivir con plenitud. Y al haber editado antes varios libros de poemas que, de alguna manera, exponen su deseo de irse transformando alrededor de su palabra, manifestando una labor de auténtico poeta, conforme supera los diferentes textos hasta casi ya ser él mismo, despojado de influencias, o límites retóricos, que lo puedan encerar en generaciones o sectas, aunque en su bibliografía, que no biografía, admite pertenecer al extraño grupo: Subterráneo Gremio de Escritores, que puede bien ser una fantasía o, simplemente, una licencia poética.

Su poesía es cálida y libre. Parte de postulados ignotos donde el surrealismo se hace presente pero permanece anclado, en buena hora, a la realidad circundante al poeta, lo cual le hace crear belleza, acción, ingenio y esa ternura en donde los poetas, relativamente jóvenes, aceptan emocionarse para darle unidad a la mente, buscando la perfección de decir lo que se siente y no sólo lo que percibe. “Preguntar el aire”, extraño y bien dispuesto título de su último libro, nos sirve para preguntarnos, nosotros, quién es este poeta y el por qué de su propuesta, que denota la madurez que se le advierte, pero sin dejar de lado esa parte del todo esencial que encontramos en el eco de indagación, de pregunta, que se revela en la mayoría de los poemas de este libro. Y que se responde el lector con los elementos que le ofrece el escritor, que de sucesivas maneras uno va encontrando para preguntar, no sólo al aire, sino a la vida, a los objetos, a los espejos, a los muebles en reposo o animados, el sentido del estar allí, e incorporarse al poema y ser con él la sustancia activa de escribir. El elemento más hermoso este libro es el saber escribir con el cuerpo, con la sangre, con el ánima vital, y trascender los límites formales de la literatura para crear el poema, con una percepción que incorpora la inteligencia, el oficio, la búsqueda y amor por el arte de la poesía. La edición es bella. Pulcramente editada, con fantasiosas ilustraciones de Julissa Morales, hecha una, y consustancial, con la materia verbal del libro.

Uno de los mejores libros que se han publicado este año. Un poeta que sobresale por sí mismo. Hecho uno con el aire que flota, más allá de su inasible sustancia.

Y con una concisa e inteligente presentación de María Bonilla