San Antonio (verdadeiro) dazasete de Xaneiro












Son las,21:49 rule de S.Antonio, bajo el puente de la Chanca me econtré a las cuatro y media con btteros Al-barro,Bajadolo y Santiso, contabamos con Maismar pero no aparecio. Despues decidí salir tambien en vista de que se truncaba posiblemente la saliada del Taller el sabado.
Al final de la jornada nos encontramos en las Gandaras junto al Etrusco, que pequeño es el monte.
Hoy enganché dos veces el cambio contra los radios ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ y libró!!!!!!!!!!!! las dos veces, San Antonio es mi protector....... En la foto de "los manglares" tenian que tener el agua por encima de la raiz se ve que con lo que lleva llovido aun no es ni asomo de lo que tenia que haber sido.....

ronquidos

Tu ronquido
que puede ser un zumbido
o un tractor atascado
en mi oído

Me doy vuelta
Te doy vuelta
Te toco los labios
Te digo despacio
Te pido, te ruego

Y entre abres los ojos y pareciera que me oíste y entendiste
Y me dices ya
Y te das vuelta
Y haces un breve silencio
Para darme tiempo a dormir antes de que todo empiece de nuevo.

Tictac
Tictac
Tictac
Tictac

Traté de ser amable manejando este sonido
Y por más que fue genuino
Es difícil
Cuando avanza la hora oscura
Y mis ojos no han dormido

Tus sonidos se incrementan, el volumen
El bramido, el aullido de lobo aturdido
Me perforan el oído
Me tienes casi en encendido
El modo bruja-asesino


Tictac
Tictac
Tictac
Tic
Tic

Me tomo un minuto para pensar
En una venganza eficaz
Patearte, arrimarte, pellizcarte,
Moverte, rodarte, despertarte
Y justo empieza, como si lo hubiera pedido
En mí un ataque de estornudo empedernido
Que no para, que estalla
Uno, dos tres, cuatro, cinco
Pero no.
No le ganan al ronquido.

Tic tac
tic tac
tic tactactac

No hay armas despiadadas
He perdido la batalla
Veremos cómo me va
en la que seguro habrá mañana.
Se inserta
una vez más
en todos los rincones de mi sangre
este no ser nadie
que
de cuando en cuando
tanto me aniquila
y se hace GIGANTE
extendiéndose
hasta convertirse
en el cuerpo que habito
dejándome a un lado
como triste extensión de la mancha
que llevo por sombra.
¡Enganchados!

Esta semana he comprado una impresora, de éstas que pueden imprimir fotografías y además escanear. Nunca había sentido la necesidad de tener impresora en casa y mucho menos escáner, pero …, me ha dado por ahí.

Aprovechando la reflexión sobre la adquisición del citado aparato, me ha dado por echar la cuenta del número de dispositivos más o menos electrónicos que poseo. Me salen 27. Si me lo hubieran dicho hace unos minutos me hubiera parecido una barbaridad, pero tras listarlos los números cantan. El mero hecho de contarlos hubiera sido un trabajo poco productivo así que vamos a ver si saco alguna conclusión:

  • Sí, son muchos, sobre todo teniendo en cuenta que en esta casa sólo vivimos dos personas, que no tenemos lavaplatos, y que usamos una cafetera de las de toda la vida y un exprimidor manual.

  • Trece de ellos están continuamente conectados a la red. Y yo que me creía ecoalgo.

  • Quince de los ventisiete son usados diariamente. Anda que, si va a ser que soy cacharroadicto.

  • Esta tribu de aprendices de robot pueblan principalmente la cocina y el salón-comedor, mientras que no hay ninguno en mi dormitorio. Bien, bien un reducto a salvo de esos bichos.

  • Por culpa del recuento, un par de ellos se han ganado el matarile. ¡Si es que no he usado el vídeo ni el DVD en todo el año!. Al trastero con ellos.

Y es que, es verdad que las casas siempre estuvieron llenas de trastos (qué obsesión con no tirar nada, oye), pero lo curioso es que ahora son cacharros electrónicos, muchos de ellos obsoletos, pasados de moda, o simplemente producto de algún afán comprador que nos sorprendió con la guardia baja. Y claro, luego nos quejamos de que la casa parece pequeña, y de que la factura de la luz es alta, no te fastidia, ¡con tanto habitante de silicio dentro!. Pero, qué se le va a hacer. Estamos enganchados, o mejor dicho, conectados, ¡ya no podemos vivir sin ellos!.