la cosa del beber



bueno, en Londres, aparte de metrópoli, museos, rollo financiero, capital del imperio ... y todo eso de lo que ya hablaré largo y tendido, merece la pena detenerse en la cosa del beber.


El asunto del drinking es muy serio aquí. ¡Como camellos beben! ellos y ellas sin distinción. Las féminas le dan más al vinazo (que no vino porque les dan unos mejunjes de cuidado) y los tíos a la cerveza. A éstos últimos la calidad les da igual, mientras la cantidad sea respetable.


Yo había oído que en Inglaterra a las siete no había ni Dios en la calle ... ejem ... acabo de entrar en casa y mis compañeros se iban a gatas al metro. Desde las seis llevamos dándole al asunto, y son más de las doce. Pues bien, mañana llegarán como nuevos al curro. O se tomarán uno de esos cafés de medio litro y estarán tan campantes.


Y al menos hoy es lunes y se contienen un poco. El viernes pasado flipé con el estado comatoso de la gente a eso de las diez de la noche. Los pubs a reventar, tíos de 60 años vestidos de traje con unos lamparones de cerveza que les retrataban de arriba a abajo. Pregunté a un colega y me dijo: "bankers"; no te jode "bankers", ¡si todos van como cubas! , sean bankers, financials o cualquiera sabe qué.


Encima, como ir cocido es norma, lo siguiente es hacer el ridículo. Lo más raro que se le ocurra hacer a un español a las cinco de la mañana lo hacen aquí a las diez de la noche. Que toca bailar en la calle, no problem, que toca entrar a veinte tías en diez minutos, ... pues dale. Total, luego tu santa te aguanta en casa.


Al ambiente ayuda una gran cantidad de italianos, holandeses y españoles que curran en las cafeterías y que están deseando salir y tomarse unas cervezas. La mezcla entre ejecutivos cincuentones y camareras de veinte tacos es de lo más curiosa. Juntos pero no revueltos en el mismo pub.


En fin, ahí queda el retrato y ahora voy a dormir, que mañana hay que estar en la ofi a las ocho. Menos mal que hemos comido algo en el pub ...