nunca luce tanto un jardín como en tiempo de elecciones municipales, cuando cada cuatro años los laterales y medianas de las calles bullen de color. Acompañando a las múltiples inauguraciones, nuestros políticos recorren calles con un fondo colorido que alegra el gris asfalto y da esplendor a la ciudad. Es la primavera del candidato.
Estos parterres electoralistas terminarán su andadura en Mayo. No creo que la pléyade de tulipanes, pensamientos y petunias que adornan hoy la ciudad sean sustituidos por otros hasta dentro de un tiempo. Tras los comicios volverán las preocupaciones por el derroche de los fondos públicos y, como mucho, veremos unos ramos de lavanda a lo largo del verano.
En Collado Hermoso también brotan ya las violetas, margaritas ... un poco anárquicas, pero sin coste para las arcas municipales.