Volver al principio


es curioso como podemos pasar horas argumentando para simplemente concluir en lo más básico. Ira, amor, poder, propiedad ..., mirad a vuestro alrededor y veréis como hasta los personajes más complejos se guían por instintos simples. Alucinante, y obvio a la vez: 100.000 años de rutina no se cambian así como así.