El roce de tu piel

a veces me parece que estamos educados para sentir miedo. De niños somos espontáneos sin duda, pero la vergüenza crece con los años y los sentimientos quedan ocultos, cerca de la piel, pero siempre bajo de la superficie.

He visto una película en la que un hombre y una mujer recuerdan su romance de 25 años atrás. Aún se atraen, pero se mueren de miedo ante la perspectiva de expresarlo. Entre silencios y evasivas suena la música, y bailan al compás de los acordes de una canción cantada con letra española y alma de frontera. La melodía les envuelve y despoja de sus prejuicios. Se tocan, se acarician, caen las ropas y las miserias se olvidan ...

Un rato después, tras el clímax, los cuerpos yacen y las mentes se liberan. Palabras ahogadas media hora antes ahora fluyen sin freno y ambos hablan sin tapujos de sus verdaderos sentimientos. Sin duda ambos se consideran afortunados por haberse liberado de prejuicios y ataduras , pero estuvo en su mano hacerlo antes y sin embargo pasaron años mirándose de soslayo y probablemente echándose la culpa uno a otro de su mutua infelicidad.

Extraños seres los humanos.

Me quedo con la parte bella de la historia y me alegro de que una caricia sea capaz de romper la más hermética armadura. Quizá tengáis algún recuerdo similar. Os pondré música para ayudaros a evocarlo.