chat/nochat

Martín le dice cosas por la computadora
En el chat abre su corazón y le dice cuánto la quiere
Lo mucho que la extraña
Le dice que la necesita
Que renuncie a su trabajo y viva con él y para él
Clara no tiene miedo de eso
Le gustaría hacerlo
Dedicarle su vida entera
Por el chat se lo dice
Lo haré pronto mi amor, pronto
Y te voy a cocinar las cosas más ricas
Y no me va molestar lavar tus platos sucios
Te lo prometo
Tú trabajas y yo te cuido
Así para siempre
Porque te quiero.

Es hora de irse y se apagan las máquinas.
Clara va por Martín
Durante los minutos que pasa en el auto siente su corazón estallar de ansiedad.
Quiere llegar y besarlo, que la bese, que la recueste sobre la alfombra y le haga el amor mientras le repite todo eso que le escribió por la tarde. Toca el timbre y siente cosquilleos en sus pies, fantasea con saltar sobre él apenas abra la puerta.

Suena el timbre y él sabe que es Clara.
En su monitor el protector de pantalla gira lentamente
Lo mira y se imagina escribiéndole “alla voy, ya te abro mi amor”.

Suena el timbre de nuevo. El protector de pantalla gira más lento.
Martín abre la puerta. Besa a Clara tímidamente en los labios y la invita a pasar. Le ofrece algo de tomar. Clara acepta, se quita el abrigo y lo pone sobre el sofá. No sabe por qué pero se ha molestado un poco. Se impacienta por el agua.

A Martín le sudan las manos, la cara. Tiene miedo que se le resbale el vaso mientras lo sirve. Se pregunta por qué todo es más fácil cuando está frente a su computadora y ella no está en el mismo cuarto con él. Quisiera que ella cerrara los ojos y viera las palabras que él quiere escribir “ya te llevo el agua mi amor, ya te la llevo”.

Tal vez es muy pronto, piensa él.
Tal vez es muy pronto, piensa ella.

Los dos toman agua en la penumbra.