Hace unos días una pitonisa me cogió la mano y lo primero que me dijo, antes de darme tiempo a preguntar nada, fue que iba a tener bastante pasta. No es realmente lo que más me interesaba, pero como debe ser que es la primera pregunta que le hace todo el mundo (cosas de la crisis), pues empezó por ahí:
_. Gracias, le dije. ¿Y de vida, cómo vamos?
_. Ochenta y tantos. Y de amores ... Ahí le corté y seguí a lo mío.
_. Cojonudo de momento, eh. Larga vida y bien de pasta. Buen rollito. Oye, ¿y con una vida tan larga, teniendo tanta pasta, me lo pasaré de miedo, no?
_. ( ... ) Mutis
Cagontó. No sé si es que realmente la brujilla no sabía cómo me iría o que vio algo que no era tan bueno. Ya me dejó mosqueado, oye.