ensalada de noticias

a tenor de una noticia publicada por un amigo, escribía hace un rato que siendo cada vez más común la distorsión informativa, debemos esforzarnos mucho para tratar de ver claro entre tanto lodo. Y hay mucho, en forma de blogs, tweets, "confidenciales" que nos llegan al ordenador, tertulias radiofónicas o ruedas de "expertos" televisivos, donde antes había hojas parroquiales, oradores espontáneos o libelos propagandistas de los distintos partidos.

La pregunta es, ¿es mala la saturación de información? ¿acaso sería peor una reducción de la pluralidad hasta el punto de tener una prensa oficial que nos cribara el acceso libre a lo que los demás piensan? ¿cuál es el punto medio, si lo hay?

En mi caso, adquiero semanalmente alguna revista especializada, en papel, y accedo a varios blogs y resúmenes de prensa económica a diario. Respecto a los periódicos compro prensa escrita tres o cuatro días a la semana, alternando El Páis y ABC. Los domingos el AS. Antes también compraba Público el viernes.

Ahora Público ha caído, como lo hicieron hace años El Independiente o El Sol. ¿Me polarizaré hacia la derecha informativa por esta razón? no creo. Hay muchas alternativas para alimentar mi ansia informativa. ¿Una pena? sí, siempre que muere un periódico me deprime un poco, pero no deja de ser un negocio y si no tiene respaldo económico para salir en papel, tendrá que evolucionar. Tampoco hay que rasgarse las vestiduras, como la pléyade de personas que ayer lloraban la pérdida. Probablemente, si todos ellos hubieran comprado Público a diario, éste no habría desaparecido.

Bueno, me voy a leer Público en la red, que ya he terminado con The Guardian y sobre todo con vuestros blogs !!

los zapatos huérfanos

hoy he pasado por el sanatorio de zapatos. Tengo unos que me gustan mucho y tienen la suela algo maltrecha. Por suerte, no he tenido que pedir cita para dentro de mucho tiempo como sucede (cada vez más a menudo) en la Sanidad de los humanos. Al entregar mis zapatos, el zapatero me ha extendido un recibo como otras veces, pero hoy además me ha pedido dinero. Me extrañó, pero el hombre, como excusándose, me señaló un cartel donde advertía de que a partir del 1 de febrero se cobra por adelantado. Ya entiendo, le he dicho.

Hace unos días un amigo me comentó que en los talleres es cada día más frecuente que alguien deje su coche para reparar y nunca más vaya a recogerlo. Me da pena pues me evoca esa leyenda urbana (o no) de viejecitos abandonados en una gasolinera o en casa ajena mientras su familia se va a hacer unos recados. Al menos, estos últimos regresan y el viejecito suspira aliviado mientras piensa que peor destino tienen algunos muebles viejos.

Zapatos, coches, abuelos, todos huérfanos de cariño debido a la crisis del dinero y a la crisis de valores.

Hace años leí, sin terminarlo, un libro de Millás titulado "No mires debajo de la cama". Hablaba de zapatos con vida, que hablan, que aman, que sienten, que odian. Probablemente algunos de ellos odien hoy a los dueños que les abandonaron. Algunos quizá entiendan sus razones, entiendan que alguien tuvo que elegir entre ellos y otro gasto más perentorio. Otros atizarán su rencor amontonados sobre otros pares de zapatos huérfanos de dueño. Y todos, como esos coches del taller o ese abuelo de la gasolinera, mirarán con esperanza a cada persona que se acerque, deseando en silencio que alguien regrese a por ellos.




al borde

-Yo rezo todas las noches.

-¿Qué pide en sus rezos?

-Que me saquen de aquí. ¿Qué es esto en lo que estamos metidos? ¿Usted lo sabe? ¿De quién es la culpa? Busquemos un culpable, ¿por qué nadie más lo pide? ¿Por qué soy el único buscando al responsable de todo este desastre?

-¿De qué desastre?

-¿No lo ve usted?

-No, yo sólo veo un hombre triste, desdichado, un hombre que ha perdido toda esperanza.

-No sé si he perdido algo o más bien algo va creciendo dentro de mí. Cuando le hablo a Clara ella me mira asombrada. De dónde sale todo eso, me pregunta con miedo. ¿Cómo que de dónde? De aquí adentro! De acá! Abro la boca para que mire dentro, me sacaría los ojos para que vea bien de qué esta hecho este hombre que se la folla todas las noches. Pero algo de toda esta mierda le atrae y no entiendo por qué… no se lo cuestiono tampoco, en cualquier momento se da cuenta de que estoy a punto de perder la razón y …

-¿Qué? ¿Entonces qué?

-Entonces se iría, y ya no me quedaría ni un pedazo de razón para tolerar esto un minuto más.

Música

Oír la voz de Enrique Iglesias puede deprimirme profundamente. Siento que mi vida es miserable, que no supe cómo formar parte de algo bueno. Sentado solo en mi casa oyendo la radio que pone la señora de limpieza, baladas románticas, es como estar presenciando mi propia decadencia.

Hoy soy un pueblo abandonado.

Pongo algo de Arcade Fire, siento que me representa. Esa intensidad… ellos hablan por mí. Supongo que eso es lo que cualquier fan inepto diría no? Me cago en mi falta de originalidad.

bola de pelos

Una bolita de pelo negro al viento transita despacio por encima de mi cabeza. La gata la ve, y desde su silla salta ágilmente, toma vuelo, salta sobre mi cabeza y la agarra con la boca. Al caer al suelo la bola de pelo se le escapa y la toma con las patas, dehaciéndola en miles de pelitos pequeños que se esparcen por suelo. La gata los mira y se queda detenida un instante. La miro, y desde acá arriba adivino que irá por el más cercano y luego al de al lado, y así, los irá tomando todos con las patas hasta juntarlos. La gata, en cambio, los deja y vuelve a su silla a esperar uno que se no deshaga cuando lo agarra.