Te garantizo que ...

... esta inversión es segura, qué mi empresa es solvente, que esta casa se revalorizará ...

¿Cuántas veces nos han dicho una de estas frases en los últimos años? en el Banco, en alguna reunión de inversores, en la oficina de la inmobiliaria. Eso por no hablar de las conversaciones de barra de bar o de tertulia de amigos, donde cada uno de nosotros damos rienda suelta a nuestra verborrea experta asesorando a otros sobre acciones "chicharro", fondos "hedge" y demás chollos financieros o urbanísticos.

Hace años ibas al banco y metías tu dinero donde te decía el de la sucursal. Total, "el experto era él". Ahora tienes que tener mucha prudencia y dos "masters" para poder leer la letra del contrato y los pensamientos ocultos del comercial del banco. Preferentes, convertibles, estructurados ... son adjetivos que enmascaran la cada vez más compleja realidad de los productos financieros. Su objetivo: uno solo, que gane el banco. Ellos juegan con tu avaricia e inexperiencia. A veces con tu candidez. Y no hablo del "asesor" del la oficina bancaria, quien la mayoría de las veces es tan cateto en economía como nosotros. Tras el comercial hay legiones de expertos en Marketing que se dedican a leer tu comportamiento, de matemáticos que conocen al dedillo las tendencias del mercado, y de tiburones que alimentan sus "bonus" de idiotas como nosotros.

Desde hace muchos años cuando alguien me pregunta mi opinión sobre una inversión me decanto por el lado de la prudencia. Sólo recomendaría una inversión arriesgada a alguien con amplios conocimientos sobre el mercado y que además supiera leer el futuro. Claro que si se cumpliesen esas dos premisas, no me preguntarían a mí.

¿Hipotecas en yenes? no gracias. Buff ... llevo estudiando dos años el contrato de la mía y aún no lo entiendo bien. Y eso que está en euros.

Belleza

ayer oí a unos chavales debatir sobre si la actriz más bella de la "Historia" es Jessica Alba o Megan Fox.

Inmediatamente eché a volar mi memoria y aparecieron estas mujeres. Debo estar haciéndome mayor:

Veronica Lake
Gene Tierney


Italia is different, Spain too

oye, lo bien que nos lo pasamos la semana pasada y lo mucho que subimos el orgullo patrio. En este país, donde se estila la envidia, lo que más nos gusta es hacer leña del árbol caído. Y si es un buque hundido, pues lo desguazamos.

Recuerdo que en durante el bachillerato el segundo más tonto de la clase tenía martirizado al que ostentaba el titulo de pardillo mayor. A aquel sujeto le caían collejas desde que entraba hasta que salía, pero se iba medio contento a casa, pues en algún momento del día gozaba su efímero momento de triunfo: un cachete al que sólo era un poco más marginado que él. Con el tiempo he comprobado que los tíos peligrosos no son necesariamente los que eran matones en la clase, o los que recibían estoicos todos los palos, sino aquéllos que viviendo en la parte baja de la escala no tenían otro deseo que subirse a la cúspide.

La semana pasada reviví esa sensación. Los españoles riéndose de los italianos. Vaya cuadro. No me cuesta mucho imaginar al "Bigotes" o a "Correa" con uniforme de capitán de barco de recreo. Y tampoco  me cuesta mucho imaginarles soltando excusas en italiano acojonado, como el ínclito Schettino.


Ganar ... de cualquier manera

leo a Zidane en el "AS" defendiendo a Pepe y a Mou no me gusta. Me ha defraudado, aunque pensándolo bien, Zidane fue un genio en el césped pero supongo que como analista no va más allá de un forofo más, un aficionado que además sigue cobrando del club al que defiende.
Los madridistas estamos en horas bajas pues parece que ganar al Barça es ahora más difícil que abrir una nueva ruta en la cara norte del K2. Pero además de perder, hay un grupo de madridistas que estamos tristes por los derroteros que está siguiendo el club en los últimos tiempos. Ganar, ganar, ganar, de cualquier manera si es preciso. Ese es el credo de los dos sujetos que dirigen hoy al Real Madrid. Florentino y Mou, tal para cuál. Uno deslumbrado por el poder y otro por su ego. No me representan. Ni a mí ni a los que defendemos la epopeya del que hasta hace poco era el mejor club de la Historia del fútbol.

Para esos aficionados ganar es importante, pero el “cómo” lo es más. Soy del Madrid desde pequeño. Zidane no. Y se le nota. Hemos mirado la tele 20 años sin ganar la copa de Europa, y no pasó nada, algunos pasaron 31 años sin ganarla, pero se sentían orgullosos de defender al Real Madrid. En todos los pueblos de España la gente era de su equipo local y además, del Madrid. Ahora nos miran con recelo, sino con odio.  Me desespera que nuestro club se ensucie, me entristece de verdad. Siempre tuvimos la chulería del campeón, cierto, pero lo de ahora va más allá. El estilo del Madrid de hoy es chabacano y cutre.

la Pepa

2012, doscientos años ya desde aquella reunión de visionarios en una ciudad sitiada y batida por la artillería francesa. Jóvenes, ilustrados, ingenuos, deslumbrados por el brillo de una Francia revolucionaria que disparaba libertad y tiranía simultáneamente.

Hoy, doscientos años después, la Constitución de Cádiz sigue siendo una lectura ilusionante