La decima

Hemero Froilo.... 2009 Gracias Pedro..

Círculos de amistad

hace unos meses apareció un artículo de Robin Dunbar en "The Times" referente a la cantidad de gente que podemos considerar"amigos". Quizá hayáis oído hablar de él porque tuvo bastante recorrido al usar como sujeto de estudio los "amigos de Facebook". En un estudio cuantitativo del término, hablaba de una cantidad máxima de personas de cuyas vidas podemos tener cierto conocimiento, a la vez de tenerles aprecio y hasta cierta confianza. Pues bien, el máximo de personas que podríamos tener "controladas" como amigos sería de 150. Es importante reseñar que los estudios antropológicos que inspiran el artículo "How many Facebook friends is too many?" ponían este máximo basándose en la capacidad humana de establecer relaciones y en la memoria para recordar las interacciones entre el resto de miembros del grupo.

Este círculo es dinámico, es decir, lejos de coincidir con la teoría del círculo de confianza, (tan desarrollada en el cine, en comedias como "Los padres de ella" o en pelis de suspense como "La tapadera"), donde el grupo es cerrado y sólo puede estarse "dentro o fuera, nunca en el borde", esta otra teoría admite que los amigos se renuevan constantemente a lo largo de la vida, dejando entrar y salir a a parte de esos "150 elegidos" tantas veces como queramos, sin ser ello mejor o peor para el poseedor de todos esos amigos.

Ha de quedar claro que los científicos no hablan de calidad de los amigos, sino de cantidad. Habrá gente afortunada que entre esos 150 encuentre un par de ellos dispuestos a dar su vida por uno, diez más que confían ciegamente en él y incluso cincuenta que pudieran prestarle una cierta cantidad de dinero ... el resto serán, con toda probabilidad gente que se alegra de verte una vez al año y que recuerda tu cumpleaños porque lo lee en la agenda. Quizá os reunáis todos un par de veces en la vida en bodas, bautizos y comuniones, pero luego pasarán muchos meses sin ni siquiera dedicaros un recuerdo. También habrá gente con 1000 amigos en Tuenti de los que únicamente conoce el "nick".
En cualquier caso, unos y otros, después de leer esto habremos hecho un rápido cálculo mental de nuestro círculo, sumando un par de decenas de familiares, los del curro o ex-curro y los "del pueblo", más compañeros del cole o la universidad y sus respectivas parejas ... ¡oye, voy a tener que echar cuentas para llegar a los 150!

Mientras cuento y recuento, voy a poner la canción de hoy:

"Walking on thin ice" con Yoko Ono

Constantino ¿el Grande?

es curioso cómo se puede vulnerar la Historia por el mero hecho de documentarse mucho. ¿Extraño? me explico: oyes en el colegio que tal o cuál fue un buen tipo y que hizo esto y lo otro, y uno se queda con la idea de que áquel sujeto fue la leche, que hubieras querido ser como él, que ojalá hubieran nacido más sujetos similares. Luego, andando el tiempo, en la Universidad, te dicen que sí, que efectivamente fue un buen tipo porque consiguió lo que quería, aunque fuese a costa de llevarse unos miles de personas por delante. Uff, ya empieza a dar vueltas la mosca detrás de la oreja.

Con el tiempo lees y contrastas, y descubres que te vas haciendo una idea propia sobre el personaje, mezclando claros y oscuros de muy diversas fuentes. He aquí andando los años un personaje muy distinto del que te explicaron en el colegio, o en la facultad o en cualquiera de los libros leídos.

Total que la imagen del personaje en cuestión ya nunca se parecerá a la que le daba el espejo, eso fijo, pero es que tampoco se parecerá a la que dan ninguno de los libros leídos. Y los que por mi boca averigüen algo sobre aquél señor recibirán a su vez una imagen sesgada del mismo. ¡Qué cosas!

Por poner un ejemplo, hablaremos de un señor romano, o bizantino, que en eso tampoco se ponen de acuerdo. Este señor se llamó Constantino , alias el Grande, y vivió del año 280 al 337. En el cole me dijeron que este señor había sido importante por haber sido el primer gobernante católico, y quien terminó con las persecuciones a los cristianos en Roma.

Durante mucho tiempo tuve una gran imagen del amigo Constantino, más aún cuando en la Universidad aprendí que sus reformas en las instituciones romanas restauraron el brillo del imperio. Lo malo es que desde entonces he leído que llegó al poder tras una guerra civil en la que no demostró precisamente su deportividad con los vencidos. También sé ahora que el caballero no era católico, ni siquiera está claro que fuera cristiano, y sí muy supersticioso. Con el papa de entonces no se llevó demasiado bien e incluso fue bautizado por un arriano, cuya herejía había sido condenada en el Concilio de Nicea unos años antes. Para terminar el cóctel, se dice, se cuenta, que el emperador, a Dios rogando pero con el mazo dando, mandó matar a su mujer Fausta por adulterio y a su hijo Crispo por rivalidad política.

¿Qué pensar de Constantino? chicos, ni idea, pero si llego a saber tanto de él cuando estaba en el cole, habría suspendido la asignatura. Seguro.

Hala, ya os he soltado el rollo. Me voy a dormir con la canción que me lleva rondando todo el día:

House of rising sun, con los Animals

Agitando mi conciencia

es difícil ser generoso. Ni siquiera hablo de serlo a todas horas. Es difícil tan sólo dejar de pensar en uno mismo un rato al día.

Invertir unos minutos en el bienestar de la gente que nos rodea, ayudarles, divertirles, apoyarles, no asegura un retorno inmediato, más bien es a veces un sacrificio, pero quizá a la larga dé satisfacciones.

Y digo esto porque me molesta darme cuenta de que este zorro, o alguno de los que me rodea nos ponemos a nosotros mismos en el primer lugar de la lista de prioridades incluso en las cosas más nimias. Ser codicioso en lugar de solidario, es sin duda una actitud natural. Pero también es cierto que esa actitud viene de la parte más animal del ser humano y me da la impresión de que todo lo malo que veo en la tele, en la oficina, en mi entorno, viene de ese maldito instinto acaparador que nos legaron miles de años de supervivencia.

Quizá sea filosofar en exceso y quizá también sea una conclusión injusta pero desde luego creo que el acto más avanzado de evolución humana es la generosidad. Aunque, quizá lo que ahora está de moda es la involución, no sé.


Para animarnos a regalar un poco de lo que tan celosamente guardamos, una canción alegre: Down under - Men at work

Desasosiego

Pasear entre las hileras de cruces de un cementerio militar y descubrir que delante de cada cruz figura la edad de un crío, deambular por los barracones de un campo de concentración intentando quitarme de la piel la atmósfera de horror, o contemplar las fotografías de la huida de miles de refugiados con sus particulares tragedias guardadas en sus miserables hatillos … todas estas experiencias me hacen más pequeño.

Siento un desasosiego brutal al estar en un sitio donde se asesinó a gente. Ahora son lugares de homenaje, custodiados y cuidados por personas que viven en los alrededores, hijos y nietos de los que estuvieron allí en los momentos del horror. Yo miro los rostros de esa gente tratando de adivinar qué sienten ellos, viviendo apenas a unos cientos de metros un pozo de muerte y siento que no soy muy diferente a ellos. Sospecho que de haber vivido entonces no hubiera tenido cojones para cambiar nada.

Vuelvo a mirar hacia las tumbas y me pregunto, cómo sería la cara de aquél soldado de 20 años que vino a morir a miles de kilómetros de casa ¿cómo hubiera sido su vejez? Quizá triste recordando la barbarie, o quizá alegre rodeado de la gente que ama y formando parte del paisaje de su ciudad o aldea … Da igual, cuando acabe de escribir este post me olvidaré de la mala hostia que me entra al publicarlo, y me iré a tomar una cerveza con los amigos del pueblo, a hablar de vanalidades mientras probablemente en algún lugar del mundo hoy se están cavando tumbas no tan bonitas ni ordenadas como las de Normandía, y estarán metiendo personas en mataderos y desde luego las colas de refugiados seguirán pintando el paisaje de miseria en algún sitio remoto … pero, mientras tanto, yo me quejaré de que la calidad de los pinchos en el bar no es la que era.