¡ qué calor ... !

hace tres horas que he vuelto a los madriles y ya estoy quejándome del calor. Y lo peor está por llegar. Uf, ya estoy deseando que llegue el viernes, no por no ir al curro, sino por librarme de este calor. Ahora mismo estoy visionando la subida del Puerto de Navacerrada camino de mi amado y fresquito Collado Hermoso.

Mientras tanto me contentaré recordando el atardecer vigués. He pasado unos días estupendos en Galicia y quiero compartir con vosotros esta vista de la ría de Vigo que tomé el jueves ..., quizá os llegue algo de la brisa que cada noche envían las Cíes.

cortinas

Cerré las cortinas

Que nadie viera que me iba

Por la ventana hacia la escalera que no llevaba a ninguna parte

Un salto

Un gran salto hacia el fondo

Y en el camino una coca cola.

 

No quiero saber si caí.

 

 

Ese día

Es cosa de humanos esto de hacerse viejos, en una carrera que comienza el primer día y que no se acaba hasta el último. Durante muchos años uno no se da cuenta de que ya está corriendo. Luego, un día cualquiera amanece, e inadvertida, llega esa sensación de que tu vida ya no te pertenece del todo, de que la compartes con el pasado. No es un sentimiento necesariamente desagradable. Simplemente miras hacia atrás, luego hacia adelante, y, sin más, te entra una inmensa prisa por vivir.

Ese día comienzas a mirar a los viejos con más respeto y a los niños con más cariño. Comienzas a cuidar tu cuerpo con mimo y a quererte un poquito más. Dejas de vivir al día, y a aprovechar más los días. Y te vuelves excesivo, para la alegría y para la pena. Vas a los cementerios con congoja, y las lágrimas te brotan con mayor facilidad cada vez. Ojos entrenados por el dolor supongo. Pero a la vez, saboreas mejor la risa, tuya y de otros. Y los pequeños triunfos de cada día saben a cava y caviar.

Se suele pensar que la edad es un ogro que convierte la melancolía en pena, y que entonces, obligariamente, la sonrisa ha de huir de nuestros labios para posarse en los de otros, más jóvenes. Yo no quiero creerlo. Y me encanta encontrar a gente que demuestra que ser mayor no significa estar muerto en vida, aunque otros hayan tirado la toalla y se empeñen en estar más tristes que la propia tristeza.
Comunicarse en clave de humor

la mejor forma de comunicar es hablar, pero a veces es realmente difícil. Pero a pesar de las dificultades, el humano siempre logra su objetivo. Veamos algunos ejemplos:


Con los bebés: vuelta a la infancia
aún siendo conscientes de que el bebito no nos entiende, la gente no se rinde y se multiplican las estrategias, siendo la que mayores adeptos tiene la de convertirnos en bebés de cuarenta y tantos años. El tono de voz nos cambia, aflautándose, y dejamos de vocalizar de repente. Empatía, supongo.

Con las máquinas: cosas de la técnica
Dice la ciencia-ficción que las máquinas podrán pensar en unos años. Algunas se harán malas malísimas como los Terminator. Algunos de mis compañeros piensan que eso ya es una realidad y que su PC les putea un día sí y otro también ...

Con los extranjeros: mi favorita

es común que quien no entiende una palabra de lo que dice otro, comience a vocalizar como si acabase de salir de preescolar. "Ho-la, me lla-mo Jor-ge. ¿Te gus-ta Es-pa-ña?". Si esto no funciona, también es válido suponer que no es que el guiri no entiende sino que es sordo: "Ho-la, me lla-mo Jor-ge. ¿Te gus-ta Es-pa-ña?".

Siempre me he imaginado así una charla técnica de Luis Aragonés a sus jugadores:


Y en el curro: ésta es de observación diaria

Hay trabajadores que cuando hablan con sus superiores apenas sacan un hilillo de voz, se vuelven educados de golpe y tan sumisos que pondrían la mano para coger la ceniza del pitillo del jefe. No obstante, cuando hablan con sus subordinados les posee el espíritu de un sargento de la legión y su tono de voz se convierte en chusco y autoritario. Dicen que este fenómeno está relacionado con tener las pelotas pequeñas, pero no he podido testarlo con un estudio pormenorizado.

David, alias Bill

Se ha matado Bill.

Y qué nos queda acá al resto.

Hay días como éste en que no se puede sentir uno ni un poco mejor, y lo más interesante es ver el agua de water irse sucia al mar.