Madre
vos que me sembraste a Nicaragua en las venas
y amorosa
me enseñaste a creer
en un dios en quien…
no creo
jamás me dijiste: “La Poesía
y sin embargo
me amamantaste con el sudor
de todas las palabras.

Un vistazo al Sur

estamos preocupados en la España profunda y en la superficial porque los precios de la leche, del pollo (el amarillo y el otro) suben sin parar. Dicen que es culpa de las materias primas, que son pocas y cobardes. Por lo visto el petróleo se acaba, se acaba ya, pero ya ¡eh!, que no queda ni un barril. Me recuerda la gitano de las flores, "no se quede sin la rosa Maruja, que me la quitan de las manos, la última, la más bonita para ti cara de ángel, ayer tres euros y hoy por uno te lo llevas, un regalo, oye". Claro que aquí es al revés, cuanto más avanza el día, más caro está el combustible.

No lo entiendo bien oye, parece que se han dado cuenta de golpe de que hay poco petróleo y muchos consumidores, pero bueno, nos sacrificaremos y saldremos al parque de enfrente de casa andando. ¡Qué putada chico! con lo bien que se iba en coche. A lo que tiene que renunciar uno ..., me va a tocar ir andando al gimnasio ¡me cagüen!

El caso es que no se sabe si por culpa del petróleo, o por culpa de los chinos e indios, que se han empeñado en comer tres veces al día, los precios de los alimentos están subiendo de forma alarmante. Y lo malo es que aunque en todos los países suban al mismo ritmo, en unos se nota más que en otros. He leído un artículo en "The economist" en el que se habla del efecto de la subida de precios en un país africano medio, Costa de Marfil, donde el precio del trigo subió el año pasado un 77%. ¿Qué significa esto para los marfileños? Dice la revista que para las clases medias, supone dejar de ir al médico, lo cual ya le parecerá una barbaridad a cualquier occidental que lea esto. Y sigo leyendo, para aquellos que viven con 2$ al día, supone dejar de comer carne y sacar a los niños del colegio para que ayuden en las granjas, para los que viven con menos de 1$ al día, supone olvidarse de los productos frescos y comer sólo cereales, y para los que viven con 50ç al día, supone la muerte o la dependencia absoluta de los fondos de la ONU y de las ONG´s.

¿Qué, cómo se os queda el cuerpo? Es una opción personal, pero este mes he incrementado mi aportación a INTERMON/OXFAM. Desde luego no voy a dejar de tomar cañas, pero tampoco dejar a aquella gente a su suerte, a su mala suerte.
Los quiero invitar muy cordialmente al espacio: "Recital de poesía en el teatro" Homenaje a Jorge Debravo el próximo lunes 28 de abril a las 7:00 p.m. en el Teatro Vargas Calvo (Entrada Gratuita). Los Poetas participantes (quienes, además de leer parte de su obra, leerán un poema de Debravo) son:

Mauricio Molina
Carlos Villalobos
Gabriela Arguedas
Alfredo Trejos
Germán Hernández
Ricardo Marín
Diego Mora
Luis Chacón
Byron Espinoza

¡Los esperamos!
Una de sed

Hablaba en el post anterior de lo bien que me siento cuando llueve. Soy castellano y tengo la suerte de ver lluvia de vez en cuando, como casi todos los mi región y de aquí hacia el Norte, pero ¿y los del Sur?

En la España “seca” el asunto del agua es casi un tabú. Mirar al cielo durante meses esperando una nube que esta vez no pase de largo desespera a cualquiera, y en el caso de levantinos y muchos andaluces, son ya muchos siglos haciéndolo. ¿Cómo esperar que no se enfaden cuando ven cómo ríos rebosantes de agua limpia y fresca entregan toda esa riqueza al mar?.

Durante siglos, no hubo debate. Una España agrícola y sin ecologistas entendía, sin fisuras, que el día que los medios técnicos permitieran mandar agua desde el norte al sur, se haría sin dudar y para felicidad de todos. Sin embargo, hoy, en el siglo XXI, la ingeniería nos permite llevar agua de una cuenca a otra, pero ahora lo impiden la avaricia, la desconfianza y la conciencia ecologica.

¿Parece que estoy a favor de los transvase? Pues sí, lo parece. Pero no vayamos tan deprisa y veamos los contras.

En el año 2008 el agua no sobra en el Norte, o al menos no en el “Norte transvasable” (Ebro). La sequía afecta a todo el país y el Ebro lleva menos agua año a año, por lo que las regiones de la cuenca de ese río temen perder la lucha del aguapor si lo que ceden hoy lo puedan necesitar mañana. El Sur necesita agua, sí, pero ¿cuánta? Y es que el desarrollo demográfico e industrial del Levante español parece no tener freno.

Así que los detractores del transvase nos presentan a todos los levantinos, sin excepción, como especuladores inmobiliarios, poseedores de grandes urbanizaciones con campos de golf y destructores de costas. Ahora están preocupados por el hábitat del otrora olvidado Delta del Ebro y claman por caudales ecológicos que sustenten flora y fauna de ribera.

Por otro lado no puede ser que los levantinos se presenten como víctimas cuando consumen más agua que nunca. Si tuvieran escasez, denles lo que precisen, pero lo que no es sostenible es que cada año su consumo se eleve.

Mi propuesta es sencilla sobre el papel, no sé si lo es técnicamente: hágase el trasvase y construyanse varios embalses a lo largo del mismo. En Invierno, cuando el Ebro vaya crecido, llenará esos embalses. Y luego, en verano, los aragoneses y catalanes beberán del Ebro, y el resto, de los embalses. ¿Es tan complejo?
Aunque se doblen en mi espalda los fracasos
y las moscas avioneteen a mi alrededor
hasta romperme.

Aunque los duendes del cansancio
hagan sus apuestas a favor de mi derrota
y me visiten en fila india
las mil plagas del desamor.

Aunque las dudas vuelvan a escupirme la cara
mientras se burlan ante mi espejo
y las galaxias caigan sobre mi sombra
en finísimos alfileres

prometo
no escribir tu nombre en estos versos.

Así no sabrán que sos la culpable
de que
en un acto desesperado de cursilería
me arranque el corazón en cada poema.