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Víctima colateral

Hubo un tiempo en el que en el "Oeste americano", un lugar vasto y con muy pocos representantes de la ley, se utilizó la fórmula de la caza bajo recompensa para que los particulares ayudaran a capturar o a eliminar a los delincuentes. Las instrucciones eran simples, "se busca, vivo o muerto, se gratificará".

Como ilustración del post he colgado uno de los famosos carteles que aparecen en cualquier "western" que se precie. En él aparece la recompensa, los daguerrotipos de los forajidos en cuestión y el motivo por el que se pone precio a su cabeza. En este caso la recompensa es inusualmente elevada, pues se trata de los sospechosos de matar al presidente Lincoln.

No sé que instrucciones tenían los agentes de policía que acribillaron a Jean-Charles de Menezes en el metro de Londres, pero lo que sí sé es que no tiraron a herir, ni siquiera intentaron inmovilizar al chaval antes de meterle 6 tiros en la cabeza y un séptimo en el hombro.

"El Mundo" hace unos días, en un artículo en el que censuraba la actuación policial, usaba el verbo "reducir" para hablar de la acción de los agentes. ¿Tan influenciados estamos por la línea oficial que llamamos "reducir" a un hombre a dispararle por la espalda y a una distancia suficientemente corta como para acertar seis disparos en su cabeza? Quizá acribillar, asesinar, matar, ejecutar, ajusticiar, serían términos más adecuados.

Mientras tanto, en el Reino Unido el asunto ha sido más o menos tapado. Los agentes han sido exculpados. Se dice que los hombres que mataron al muchacho brasileño estaban nerviosos y cansados. Era un día de explosiones y muertes y hay que tener en cuenta el "desafío" al que se enfrentaban las fuerzas de seguridad. Nerviosos sí, no les tembló mano al hacer puntería, ni tampoco fueron llorando a confesar inmediatamente. Lejos de ello, trataron de echar mierda sobre el muerto; ora que si iba muy abrigado para esa época del año y podía llevar explosivos, ora que si no obedeció el alto de la policía. Culpable, sí señor.

¿Qué hubiera sucedido si el infortunado hubiera sido un niño bien de Chelsea o Kensington en lugar de un pobre desgraciado extranjero y sin papeles? Se admiten teorías al respecto.
Las cosas de la semana ...

la Iglesia: grandes actuaciones estos días. El Vaticano necesita unos cuantos milagros para llevar a Juan Pablo II a los altares, y andan como locos por demostrar la santidad del casco y del H.A.N.S. de Kubica. Al mismo tiempo, como no tienen donde meter tanto beato y santo de la Cruzada del 36, el Arzobispo de Valencia les quiere hacer una iglesia de 3.000 metros cuadrados.

El debate de hoy: uno más en el que siento vergüenza de nuestros políticos. Rajoy dice al presidente que sólo tiene categoría para ser subsecretario y el otro le dice a Rajoy que está agotando su crédito y le salen sucesores por todas partes. Mientras, los diputados, bufando como el público chusquero de una gallera. Hoy sí había aforo completo. Para hacer el tonto, ni un asiento libre.

Nuestros muertos: ¿valen más los muertos militares que los civiles? ¿vale más un asesinado por Al Qaeda en el Líbano que uno en Yemen? pues a tenor de la atención dedicada por los políticos e incluso por los medios, así es.

Ni Antonio David

esta noche he visto un resumen de la comparecencia de dos guardiaciviles ante el tribunal del 11M. Tres meses antes del 11M, los agentes interrogaron a "El Chino", el supuesto organizador de la masacre.

Resulta que ambos, amigos y residentes en Buitrago, provincia de Madrid, pararon en un área para camiones cercano a la citada localidad. Era de noche y encontraron a un marroquí que les solicitó ayuda para empujar su coche. Ya me imagino la cara de los dos currantes de verde y creo que puedo reproducir la escena:

_ (entre susurros) “me cagontó, no me jodas que ahora nos toca empujar al moro éste”
_ “tranquilo, yo me encargo …” probablemente dijo el compañero.
_ “Y digo yo, Mojamé, ¿tú tienes papeles?”
_ “esto … sí, yo español”, “ayuda mover coche por favó”
_ “sí, sí, pero antes dame los papeles, los tuyos y los del coche”
_ “tu racista, yo sólo quiero mover coche e ir de aquí y tú vienes ahora con papeles, te vas a enterar”
_ “cagonlahostiaputa Mojamé, abre el coche o te llueven andanadas d´hostias”

Finalmente el angelito abrió el maletero y los agentes encontraron:

  • Tres cuchillos
  • Una maza
  • Un fajo de billetes de 50€ del grosor de un dedo
  • Varias camisetas con las alarmas y las etiquetas puestas (parecían de El Corte Inglés según uno de los agentes).

Lo siguiente que sabemos es que:

  • Finalmente no empujaron el coche (vino una grúa a por él)
  • no requisaron la mercancía
  • no detuvieron al Chino porque según ellos “no era la hora adecuada para realizar las diligencias oportunas”.

con esto último ya me he quedado flipado y no sabía muy bien si llorar, gritar, cagarme en la puta madre de los agentes, o desplomarme en el sofá resignado por la mierda de funcionarios a los que pagamos entre todos.

Estupor

más que indignación, horror, asco o pena, es un sentimiento de incredulidad el que he experimentado al conocer que el gobierno va a liberar a este etarra de mierda.

Que ese cerdo ha cumplido ya veinte años de condena, que sólo le queda uno, que está débil, que no se qué y que no sé cuántos. Me importan tres cojones los argumentos de Rubalcaba y de Blanco. Ya me supongo que alguna razón tendrán para soltarle, pero esa razón no puede ser más poderosa que la que provocó su condena.

Seguro que algún letrado es capaz de justificar con la ley en la mano que tiene todo el derecho a irse a su casa, e incluso a salir libre. Sin duda es así, pero coger los códigos por los pelos para conseguir un objetivo ilícito se llama fraude de ley y en él está incurriendo el gobierno socialista.

Estimo que desde las trolas de Aznar sobre las armas de destrucción masiva no ha había habido una actuación tan vergonzante por parte del ejecutivo. Pedí entonces una marcha atrás inmediata e igualmente la pido ahora:

De Juana, a su celda ¡ya!
Paso atrás

vuelven a la radio los sonidos del pasado,los que nos despertaron muchas mañanas. Sirenas, carreras, gritos y llantos. Locutores nerviosos, voces quedas, indignación. Parece que ETA ha vuelto a poner las bombas sobre la mesa y NO hay negociación con quien no quiere hablar.

Lástima de oportunidad perdida. ¿Habrá otras? Quizá, pero no ahora, así que toca guardar las carpetas y dejar actuar a las fuerzas de seguridad. Señor Rubalcaba, tener talante también es saber decir BASTA YA.