el calor del lenguaje
José Caballero Bonald
¡Qué raudo el tiempo pasó
de la ardiente adolescencia!
La primaveral esencia
del placer se evaneció.
De la Juventud el ave
de plumaje bizantino,
¿Quién sabe cuándo aquí vino?
Y cuándo se fue ¿quién sabe?
Omar Khayyam
Luis Cernuda
Diálogo de "El Nombre de la Rosa"
"E iban matando a todos los judíos que encontraban a su paso, y se
apoderaban de sus bienes. . .
Entonces me explicó que toda la vida habían oído decir a los predicadores que los judíos eran los enemigos de la cristiandad y que acumulaban los bienes que a ellos les eran negados. Yo le pregunté si no eran los señores y los obispos quienes acumulaban esos bienes a través del diezmo, y si, por tanto, los pastorcillos no se equivocaban de enemigos. Me respondió que, cuando los verdaderos enemigos son demasiado fuertes, hay que buscarse otros enemigos más débiles. Pensé que por eso los simples reciben tal denominación.
Sólo los poderosos saben siempre con toda claridad cuáles son sus verdaderos enemigos."
una hora para un poema
Si puedes soñar, pero no dejarte llevar por los sueños,
si puedes juzgar, y no dejarte llevar por prejuicios
y tratas a ambos farsantes por igual.
Si puedes aguantar escuchar como la verdad de lo que dices,
es distorsionada para engañar a los ignorantes
o ver como se destruye aquello por lo que diste la vida
y agacharte a reconstruirlo aun con medios exiguos
Si eres capaz de hacer un montón con tus ganancias,
y arriesgarlo todo a una sola mano
y perder, y volver a empezar como al principio,
y olvidarte del todo de lo perdido.
Si puedes forzar tus músculos y nervios,
para que te sirvan incluso después de quedar sin fuerza
y aun más allá, cuando ya no te quede nada,
excepto tu mente diciéndote ¡vamos!
Si puedes charlar con el populacho, y mantener la dignidad,
o relacionarte con reyes - sin levantar los pies del suelo -;
Si ni amigos ni enemigos pueden hacerte daño;
Si eres sensible a todos, pero a ninguno en exceso
Si puedes darle a cada minuto,
la importancia de 60 valiosos segundos
tuya será la Tierra, y todo lo que contiene,
y lo que es más importante, serás un Hombre, hijo mío.
Rudyard Kipling
una de cielos claros
... hubo una vez un aviador que también surcaba cielos imaginarios. Entre vuelo real y vuelo inventado escribió que "lo esencial es invisible a los ojos". Seguro que no se refería a la música sino a algo más profundo, pero estas tardes de viernes con un universo de canciones a mi disposición me hacen pensar que El Principito no era un cuento para niños, y que Antoine quizá vio algo que los demás no veían allá arriba …
Con ustedes, Chrissie Hynde, versionando "Creep" de Radio Head.
Siniestra Escandinavia
cuando era peque lo único que sabía de Escandinavia venía en los comics y se encarnaba en personajes tan dispares como Sigrid, la novia del Capitán Trueno, o los valerosos maquis que luchaban contra los nazis en "Hazañas Bélicas" o "Zona de Combate". Después, gracias a la geografía del cole, me enteré de que en Noruega había bonitos fiordos y que la Aurora Boreal dibujaba colores enLaponia (y no, Papa Noel no estaba de moda hace tantos años). Incluso llegué a oír que un tal Leif Eriksson ¡había descubierto América!
en mi cuarto de trabajo tengo un montón de libros sin clasificar. Son los que todavía no he leído. Ahí se acumulan los que me regalan o los que voy comprando por capricho en tenderetes o librerías. Desde hace unos meses, el montón ha invertido su tendencia habitual, y va decreciendo. Por fin recuperé mi ritmo de lectura gracias a cierta disciplina y a que un par de días en semana uso el transporte público para ir al trabajo (una hora por trayecto). Lo hice por el tema ecológico y tal, pero le voy descubriendo otras ventajas. Leo más, llego más despierto al trabajo, y sobre todo más relajado. Lo malo es volver, claro. Los días que salgo cansado, me gustaría llegar a casa en unos minutos, y sin embargo, me lleva más de una hora.
Volviendo a los libros, desde Navidad he leído dos y voy por la mitad del tercero. Primero leí "La ladrona de libros", un relato sobre una niña que vive la II Guerra Mundial en un pueblo de Alemania. Es algo como ver la historia de Ana Frank a través de los ojos de una niña alemana de su misma edad. Un libro extraordinario.
El segundo libro ya lo leí hace muchos años. Es un título conocido por la mayoría de vosotros, "Los pilares de la Tierra", uno de los primeros "best sellers" de lo que llaman literatura histórica. Muy entretenido y bien documentado. Lo he vuelto a leer como prolegómeno necesario al ataque de su secuela, "Un mundo sin fin", que salió a la venta el año pasado.
Mi primera impresión sobre esta segunda parte no es muy buena. Voy por la mitad y aún no ha sucedido nada. Y lo que es peor, calca muchos pasajes de "Los Pilares" adaptándolos a nuevas situaciones y personajes. Me huele mal. Huele a "negros" y a caja fácil. Pero bueno, seguiré leyendo y ójalá me equivoque.
hace ya tiempo que nos enseñaron en biología que todas las personas cagan y mean. Sean reyes, obispos, modelos, jueces o actores, los humanos sufren enfermedades, se ponen tristes, se ríen, se excitan, se cabrean.
¡Qué cosas! un día en la universidad un chaval llegó alarmado a la cafetería: "tíos, estaba en los baños y ha entrado el catedrático A. , se ha metido en el servicio y no veas que pedos se tiraba". En aquel momento me alegré de que mi compañero por fin se enterara de que los catedráticos completan correctamente el tracto digestivo, y hoy me alegro de ver que el REY DE ESPAÑA por fin sale del armario y se cabrea en público.
No voy a entrar en las razones del cabreo en cuestión, pues seguramente erraría. La mayoría de la gente creerá que quiso callar al bocón venezolano, otros que estaba estresado pensando que hoy se haría pública la separación de su primogénita, y otros que le parece poco la multa de 3.000€ que han impuesto los jueces a los dibujantes de "El Jueves". Para mí lo realmente importante es que por fin la Casa Real baja de sus altares de sangre azul y se comportan como personas normales, personas que se enervan cuando están enfadados, que se separan cuando no queda amor y que van al servicio cuando tienen ganas.
Vaya crack el tío. No sé si la niña entiende lo que quiere decir, pero parece que algo de caso sí le hace ¿no?
"How tired I am of this unbearable distance between us;
How I long for the toll of the recess bell.
Have you forgotten me?
Grown mindless of me?
Tell me I am not writing into an abyss
or that is what will become of my heart ... "
Lo dicho. Un auténtico crack. Tengo que leer más. Leer inspira.
... eso sí que es malo.
Esta sentencia podría haberla leído e imaginar haberla escuchado de los labios de los personajes de "El corazón helado", la última novela de Almudena Grandes. Hace unos días terminé de leerlo y aún me una sensación de desazón y tristeza.
Llorar, lamentarse, protestar, luchar y otra vez llorar. Ese es el papel de los perdedores de una causa, de cualquiera de las mil causas perdidas que hay en el mundo.
En la guerra es aún peor. En una guerra todos pierden. Bueno, el pueblo pierde, los gobernantes llenan sus egos y algunos hasta su cartera. El resto, ricos y pobres, pierden amigos, familia, patrimonio, ilusiones, las ganas de vivir e incluso se ven forzados a huir muy lejos para salvar la vida. Como mucho, algunos, los que "ganan", tienen la oportunidad de lamerse las heridas y recuperarse. Pero, como dice León el Africano en su último post ... ¡Ay de los vencidos!
Definitivamente, la guerra es horrible, es malo ir a una guerra, pero perderla ... eso sí que es malo.
Oíd estas melodías, transmiten algo que hasta un castellano ignorante de otros idiomas puede sentir muy hondo …
En gallego … (canta Luar na Lubre)
Chove en Santiago
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ó sol ...
Un canto de Federico García Lorca a Santiago. No sé si sabéis que allí, cuando llueve, el sonido de las baldosas, al pisarlas, parece música.
O en catalán ... ( canta Serrat )
Pare
digueu-me què li han fet al riu
que ja no canta. Rellisca com un barb
mort sota un pam d'escuma blanca ...
Padre
decidme qué le han hecho al río
que ya no canta.
Resbala como un barbo muerto
bajo un palmo de espuma blanca ...
“Así empezó mi verdadero alejamiento de Lolita: refugiándome en brazos de otra mujer. Una mujer triste que no conocía, que jamás había visto antes y que probablemente nunca podría amar como la había amado a ella. Pero los hechos del hombre suelen ser casi siempre así: insidiosos y torpes, intuitivos, desgarradamente absurdos.
Fueron unas relaciones violentas y fosforescentes: una larga cadena de fuegos fatuos que nos ayudaban a ella y a mí a seguir viviendo, a destruir tedios y a reírnos de la vida a costa de traiciones. Ni ella ni yo nos queríamos el uno al otro: nos complementábamos, nos explotábamos mutuamente como dos vampiros ansiosos de vivir su muerte. Tampoco nos odiábamos. Era solamente una forma narcisista de querernos a nosotros mismos, de darnos satisfacciones, sin sentimientos ni exigencias.”
Estas líneas las he encontrado abriendo al azar una página de “La gangrena”. El libro lo escribió Mercedes Salisachs y es un magnífico exponente de la literatura barcelonesa (eso sí, el título se las trae).
¿Por qué literatura barcelonesa y no catalana? Porque el azar quisó que Mercedes Salisachs, Eduardo Mendoza y Carlos Ruiz Zafón nacieran en la ciudad condal en 1916, 1943 y 1964, respectivamente. Un nexo argumental, la Barcelona urbana, les une, e incluso sus novelas parecen unidas por un mismo hilo hasta el punto de parecer capítulos de la misma saga.
Me encantan. Si no habéis leído "La Gangrena", "La verdad sobre el caso Savolta", "La ciudad de los prodigios" o "La sombra del viento", os los recomiendo. Todos ellos son Barcelona en estado puro.
hoy os voy a contar un cuento. No es mío, ni es precisamente reciente. Fue escrito hace casi 700 años en algún lugar de Castilla por el infante Don Juan Manuel, sobrino de un rey y yerno de otro. El conde fue un noble castellano típico, político, militar, conspirador, un hombre poderoso del que sin embargo nada sabríamos si no hubiese tenido la gran virtud de escribir bien.
Bueno, no me extiendo con el rollo y paso al cuento, incluido en el libro "El conde Lucanor". Lo he reducido y adaptado un poquito para que no os aburráis:
"hablando el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo:
-Patronio, tengo muchos amigos, según creo, los cuales me prometen hacer cuanto me convenga, aunque para ello tengan que arriesgar vida o hacienda, e incluso me juran que estarán siempre junto a mí a pesar de cualquier peligro. Como sois de muy agudo entendimiento, os ruego que me digáis de qué manera podré saber si estos amigos míos harán por mí cuanto dicen".
Y Patronio, en lugar de responderle, le contó la historia de un hombre cuyo hijo se jactaba de tener muchos y leales amigos:
-Hijo, me sorprende que en tan poco tiempo hayas conseguido tantos amigos cuando yo, que soy anciano, sólo he conseguido un amigo y medio.
El hijo comenzó a porfiar, afirmando una y otra vez que era verdad lo que le contaba de sus amigos. Cuando el padre vio porfiar así a su hijo, le rogó que los probase de este modo: que matara un cerdo, que lo metiera en un saco y que fuera a casa de cada uno de sus amigos y les dijera que llevaba a un hombre a quien él había muerto.
Así lo hizo el mancebo y se fue a probar a sus amigos, como su padre le había mandado. Cuando llegó a casa de cada uno de ellos y les contó el peligro que corría, todos le dijeron que en otras necesidades le ayudarían, pero no en esta, porque podrían perder todo lo que tenían; y le pidieron, por Dios, que nadie supiese que había hablado con ellos.
Desilusionado, el hijo contó a su padre lo sucedido y éste le sugirió que fuese a pedir ayuda a la casa de su medio amigo. Así lo hizo y cuando, en medio de la noche, acudió a casa del hombre, éste sólo le miró, pensativo, y entonces se echó a la espalda el saco con el cerdo muerto, pensando que era efectivamente un hombre, lo llevó a la huerta y lo enterró en un surco de coles; volvió a ponerlas como estaban antes, y despidió al mancebo, al que deseó buena suerte.
- El medio amigo, no solamente se había jugado su vida y hacienda por un muchacho al que apenas conocía, sino que ni siquiera había hablado de ello con el padre del chico. Así que, Señor Conde Lucanor, podéis estar seguro de que hay algunos amigos verdaderos, pero son muchos más los que se llaman amigos sólo en la prosperidad y, cuando la fortuna es adversa, desaparecen".
Citas de libros
la gente suele citar párrafos estrella de novelas o ensayos famosos, algunos versos de poemas conocidos, frases célebres.
Pues ahí voy yo:
"Este mi amo por mil señales he visto que es un loco de atar, y aun también yo no le quedo a la zaga, pues soy aun más mentecato que él, pues le sigo y le sirvo (...). Siendo, pues, loco, como lo es, y que las más veces juzga unas cosas por otras, y juzga lo negro por blanco y lo blanco por negro, como le pareció cuando dijo que los molinos de viento eran gigantes, (...) no será muy difícil hacerle creer que una labradora, la primera que me topare por aquí, es la señora Dulcinea ..."
Y es que encontrar citas en El Quijote es muy sencillo. Sólo hay que abrir por una página al azar y te encuentras un buen párrafo. Aunque, ... releyendo la frase dudo si el narrador es Sancho Panza o Alfredo Pérez Rubalcaba.