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Los científicos detectan siete regiones nuevas del ADN vinculadas con la diabetes tipo 2



Los investigadores sugieren que sus hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para la enfermedad

Mary Elizabeth Dallas

Traducido del inglés: martes, 11 de febrero, 2014

LUNES, 10 de febrero de 2014 (HealthDay News) -- El descubrimiento de siete nuevas regiones del ADN vinculadas con la diabetes tipo 2 podría llevar a nuevas maneras de pensar sobre la diabetes y a nuevos tratamientos para la enfermedad, sugieren los investigadores.

Los hallazgos estaban entre los resultados del mayor estudio hasta la fecha sobre la genética de la diabetes, que compiló información genética sobre las personas de cuatro grupos étnicos distintos, apuntaron los autores del estudio.

En el estudio participaron más de 48,000 pacientes de diabetes y casi 140,000 personas sin la enfermedad. Al examinar más de 3 millones de variantes de ADN, los investigadores pudieron precisar las regiones que tienen un efecto incluso pequeño sobre el riesgo de las personas de diabetes tipo 2.

Dos de las regiones de ADN identificadas en el estudio están cerca de genes que muestran una asociación potente con unos niveles altos de insulina y glucemia. Esto ilumina cómo los procesos básicos del organismo tienen que ver con el riesgo de diabetes tipo 2, señalaron los investigadores.

"Aunque los efectos genéticos podrían ser pequeños, cada señal nos dice algo nuevo sobre la biología de la enfermedad", comentó en un comunicado de prensa de la Universidad de Oxford la primera autora del estudio, la Dra. Anubha Mahajan, que trabaja en la universidad, en Inglaterra.

"Estos hallazgos podrían conducirnos a nuevas formas de pensar sobre la enfermedad, con el objetivo final de desarrollar terapias novedosas para tratar y prevenir la diabetes", afirmó Mahajan. "Hay muchos motivos para pensar que unos fármacos que actúen sobre esos procesos biológicos tendrían un impacto mucho mayor sobre la diabetes de un individuo que los efectos genéticos que hemos descubierto".

La investigación fue llevada a cabo por un grupo internacional de científicos de 20 países, en cuatro continentes. Los científicos señalaron que el estudio incluyó a hispanos y asiáticos, no solo a personas de ascendencia europea. A medida que más información genética sobre personas del sur de Asia y de África se haga disponible, será posible examinar más de cerca los genes vinculados con la diabetes tipo 2, aseguraron.

Mark McCarthy, el investigador principal del estudio, dijo que "una de las características llamativas de estos datos es la cantidad de variación genética que influye sobre la diabetes que es compartida entre los grupos étnicos importantes".

"Esto nos permitió combinar los datos de más de 50 estudios de todo el mundo para descubrir nuevas regiones genéticas que afectan el riesgo de diabetes", apuntó en el comunicado de prensa McCarthy, del Centro de Genética Humana Wellcome Trust de Oxford.

"El solapamiento en las señales entre las poblaciones de origen europeo, asiático e hispano plantea que las regiones de riesgo que hallamos hasta la fecha no explican las claras diferencias en los patrones de la diabetes entre esos grupos", planteó McCarthy.

El Dr. Andrew Morris, investigador principal, también del Wellcome Trust, dijo que los hallazgos deben aplicar también a otras enfermedades comunes.

"Al combinar datos genéticos de los distintos grupos étnicos, deberíamos también esperar poder identificar nuevas variantes de ADN que influyan sobre el riesgo de enfermedad cardiaca y sobre algunos tipos de cáncer, por ejemplo, que sean compartidas entre los grupos étnicos", comentó Morris en el comunicado de prensa. "Tiene el potencial de tener un impacto importante sobre la salud pública global".

El informe aparece en la edición en línea del 9 de febrero de la revista Nature Genetics.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTE: University of Oxford, news release, Feb. 9, 2014

HealthDay

(c) Derechos de autor 2014, HealthDay

Publicado en http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_144552.html

LA CÁSCARA DE MANZANA AUMENTA LA QUEMA DE CALORÍAS Y REDUCE LA OBESIDAD



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La cáscara de manzana aumenta la quema de calorías y reduce la obesidad
Sección Salud. Publicación 03/02/2014 | 83100. Leída: 117 veces. 656 Palabras. Tiempo de Lectura 05:28

La obesidad y sus problemas asociados, como la diabetes y la enfermedad de hígado graso son problemas de salud cada vez más comunes a nivel global. Sin embargo, un nuevo estudio realizado en ratones por investigadores de la Universidad de Iowa, EE.UU., demostró que una sustancia natural de la cáscara de la manzana puede protegerlos parcialmente de la obesidad y algunos de sus efectos nocivos.

De acuerdo a los resultados de la investigación, la sustancia conocida como ácido ursólico reduciría la obesidad y los problemas de salud asociados a ésta, ya que aumenta la cantidad de músculo y de grasa parda; dos tejidos reconocidos por sus propiedades para quemar calorías.
Es así que los investigadores sometieron a los ratones a una dieta alta en grasas durante varias semanas, donde la mitad de los animales, además, recibió ácido ursólico en su comida alta en grasas.

Cabe señalar que el estudio -publicado en la revista PLoS ONE- fue dirigido por Christopher Adams, profesor asociado de medicina interna de la UI y académico de la Fraternal Order of Eagles Diabetes Research Center en la UI.

“A partir de trabajos anteriores, sabíamos que el ácido ursólico aumenta la masa muscular y la fuerza en ratones sanos, lo cual es importante porque podría sugerir una terapia potencial para la pérdida de masa muscular”, dijo Adams al sitio de noticias IowaNow.

“En este estudio, hemos probado el ácido ursólico en ratones con una dieta alta en grasas; un ratón modelo de obesidad y síndrome metabólico. Una vez más, el ácido ursólico aumentó el músculo esquelético. Curiosamente, también redujo la obesidad, la prediabetes y la enfermedad de hígado graso”, agregó.

“Puesto que el músculo es muy bueno en la quema de calorías, el aumento de los músculos en los ratones tratados con ácido ursólico puede ser suficiente para explicar cómo éste reduce la obesidad. Sin embargo, nos sorprendió descubrir que el ácido ursólico también incrementó la grasa parda, un fantástico quemador de calorías. Este aumento en la grasa parda también puede ayudar a proteger contra la obesidad”, comentó.

Hasta hace poco, los investigadores creían que sólo los recién nacidos tenían grasa parda, la que luego desaparece durante la infancia. Sin embargo, la mejora de las técnicas de imagen ha demostrado que los adultos conservan una pequeña cantidad de la sustancia, principalmente en el cuello y entre los hombros.

Algunos estudios han relacionado el aumento de los niveles de grasa parda con menores niveles de obesidad y con niveles saludables de azúcar y lípidos en la sangre, lo que sugiere que la grasa parda podría ser útil en la prevención de la obesidad y la diabetes.

Curiosamente, los ratones cuya dieta incluía ácido ursólico, comían más alimentos que los ratones que no recibieron el suplemento, y no hubo diferencia en la actividad entre los dos grupos. A pesar de esto, los ratones tratados con ácido ursólico ganaron menos peso y su nivel de azúcar en la sangre se mantuvo cerca de lonormal.

Los ratones tratados con ácido ursólico tampoco desarrollaron la enfermedad de hígado graso asociada a la obesidad, una condición común y actualmente incurable que afecta a aproximadamente uno de cada cinco adultos estadounidenses.

“Nuestro estudio sugiere que el ácido ursólico incrementa el músculo esquelético y la grasa parda lo que conduce a una mayor quema de calorías, y a su vez protege contra la obesidad inducida por la dieta, pre-diabetes, y la enfermedad del hígado graso”, señaló Adams.

“La grasa parda es beneficiosa y la gente está tratando de averiguar la manera de aumentarla. Llegados a este punto, no sabemos cómo el ácido ursólico aumenta la grasa parda, o si aumenta la grasa parda en ratones sanos. Y, lo más importante es que no sabemos si el ácido ursólico beneficiará a las personas. Nuestro próximo paso es determinar si el ácido ursólico puede ayudar a los pacientes”, concluyó.


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Fàtima Bosch: "La terapia génica podrá mejorar el tratamiento de la diabetes"


Fàtima Bosch, directora del Centre de Biotecnologia Animal i Teràpia Gènica

Vanguardia de la Ciencia | 01/02/2014 - 00:00h | Última actualización: 01/02/2014

Josep Corbella

Barcelona

Cuando Fàtima Bosch inició su primer proyecto como directora de un grupo de investigación en 1990, decidió fijarse un objetivo ambicioso. Se propuso curar la diabetes. Un objetivo difícil, ciertamente, pero no le pareció imposible.

Durante 24 años ha probado múltiples estrategias. Dado que la diabetes tipo 1 se debe a que el páncreas no produce insulina, intentó que la produjera el hígado. No fue suficiente. Como con el hígado no bastaba, intentó actuar sobre el músculo. Tampoco fue suficiente. Probó a sustituir la insulina por glucoquinasa. Tampoco...

Después de más de veinte años alternando alegrías y decepciones, avanzando por ensayo y error, finalmente ha puesto a punto una terapia génica que ha tratado con éxito la diabetes en perros. Su próximo gran objetivo es extender la terapia a personas para que puedan controlar su diabetes sin tener que inyectarse insulina.

¿Cómo ha conseguido controlar la diabetes en perros?

Les hemos administrado dos genes, el de la insulina y el de la glucoquinasa. Juntos actúan como un sensor que regula de manera eficaz y segura el nivel de glucosa (o azúcar) en la sangre.

¿Por qué les hace falta el gen de la insulina?

Es la hormona que falta en la diabetes tipo 1. Hace que la glucosa que circula en la sangre sea captada por las células para ser aprovechada como energía.

¿Y el de la glucoquinasa?
Permite un control del nivel de glucosa en la sangre más rápido y preciso que si sólo utilizáramos insulina. La glucoquinasa aumenta la captación de glucosa por parte de las células después de comer. Pero cuando el nivel de glucosa disminuye, la glucoquinasa se vuelve inactiva. Actúa como un mecanismo de seguridad.

¿Cómo han respondido los perros que han recibido el tratamiento?
Hemos tratado a una decena de perros beagle diabéticos. La terapia génica ha funcionado en todos. Eran perros que estaban muy enfermos y que ahora están bien. Han recuperado la vitalidad y tienen un buen control de la glucosa en la sangre tanto en ayunas como después de comer, y tanto cuando están quietos como cuando hacen actividad física intensa.

¿Cómo se administra una terapia génica?
Les hemos inyectado los genes en los músculos de las piernas traseras. Actuamos sobre el músculo porque el 70% de la glucosa que circula en la sangre después de haber ingerido alimentos la captan los músculos.

¿Cada cuánto hay que repetir las inyecciones?
¡Es que no hace falta repetirlas, con una sola vez basta! El primer perro que tratamos recibió la terapia génica hace más de seis años y sigue controlando perfectamente su nivel de glucosa.

¿Le ha sorprendido que los efectos sean tan duraderos?
La verdad es que no. Piense que las células musculares no se dividen una vez que se han formado las fibras. Duran muchos años. Por tanto, si introducimos genes en estas células, pueden quedarse allí actuando a largo plazo.

¿Cómo lo hace para que los genes lleguen al núcleo de las células donde deben actuar?
Utilizamos lo que llamamos vectores virales. Se trata de virus a los que se han quitado sus propios genes y les hemos introducido los genes de la insulina y de la glucoquinasa. Dado que tienen la capacidad natural de entrar en las células. los utilizamos como vehículos.

¿Pueden causar infecciones?
No, porque el material genético original del virus ya no está.

¿Y podrían causar algún tipo de cáncer?
No, porque el material genético que introducimos no se integra en el ADN de la célula. Queda flotando en el núcleo. Es una terapia muy segura.

¿Qué falta para que las personas diabéticas puedan beneficiarse de este avance?

El próximo paso de la investigación consistirá en ensayar la terapia en perros de compañía. Hasta ahora la hemos probado en perros de experimentación que pesan unos diez kilos. A partir de ahora tenemos que administrarla en perros diabéticos de hasta 70 kilos como rottweilers.

¿No podrían pasar directamente a personas?

No, porque tenemos que establecer la dosis con la máxima precisión posible antes de pasar a personas. Por eso necesitamos ensayar la terapia en un perro que pese más o menos como una persona.

¿No sería mejor empezar con una dosis baja en personas y en todo caso aumentarla después?
He recibido muchas cartas de pacientes que se ofrecen como voluntarios para ensayar la terapia génica. Pero este tipo de ensayos sólo puede ser aprobado si hay expectativas de que mejorará los tratamientos ya existentes para la diabetes. Para ello debemos establecer bien la dosis antes de pedir autorización para el ensayo en personas.

¿Alguna compañía farmacéutica ha mostrado interés por llevar esta terapia a los pacientes?
Hay varias que están interesadas. La terapia génica podrá mejorar el tratamiento de la diabetes, y también de otras enfermedades genéticas, y en los últimos veinte meses la industria biofarmacéutica ha invertido 300 millones de euros en terapia génica. Ahora hay un interés enorme en esta área de investigación.













Publicado en http://www.lavanguardia.com/vanguardia-de-la-ciencia/20140201/54399796929/fatima-bosch-terapia-genica-mejorar-tratamiento-diabetes.html


Hacia una investigación biomédica real


AINHOA IRIBERRI

Madrid
Actualizado: 29/01/2014

BIOÉTICA 

Denuncia en 'Nature'
  • Hacia una investigación biomédica real
  • Los máximos dirigentes de los NIH reclaman cambios en la ciencia
  • Critican que, en muchas ocasiones, el único objetivo parece publicar
  • Uno de los mayores problemas son las dificultades para reproducir resultados
Algo huele a podrido en el mundo de la investigación biomédica. Hace menos de dos meses, el Nobel Randy Schekman pedía elboicot para las grandes revistas como Nature o Science, por considerar que prima más el impacto de lo que se publica que la calidad de la investigación. Hoy es una de estas revistas, Nature, la que recoge un crítico artículo de dos investigadores que no necesitan carta de presentación: Francis S. Collins y Lawrence A. Tabak, los dos máximos dirigentes del organismo público que más dinero dedica a la investigación en todo el mundo, los todopoderosos Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EEUU.

No es la única publicación que pone sobre la mesa que las cosas han de cambiar en los laboratorios. La revista The Lancet dedica toda una serie de artículos al asunto, con el clarificador título: Investigación: incrementando el valor y reduciendo la basura. Por su parte, un editorial publicado en el último número del British Medical Journalapela a la debilidad de la medicina basada en la evidenciaaunque, subraya y titula, es el mejor sistema del que se dispone en la actualidad.

Para Erik Cobo, profesor de Estadística de la Universitat Politècnica de Catalunya, se trata de un debate que lleva tiempo en marcha y que está motivado por un cambio de mentalidad, que ha hecho que se exijan resultados a los científicos con mucha más premura de lo que se hacía antes, lo que les lleva a centrarse en lo que define como variables subrrogadas o, en otras palabras, que no son las realmente determinantes.
'Ahora basta con publicar'

Collins y Tabak son críticos ya desde el inicio de su artículo, que comienza señalando la dificultad de los investigadores actuales para reproducir los hallazgos publicados por otros colegas. Esto, señalan los autores, no puede achacarse al fraude científico, del que solo registraron 12 casos en EEUU en 2011, según los últimos datos disponibles. Entonces ¿cuál es el problema? Para los dirigentes de los NIH, se trata de una multitud de factores, que merecen ser analizados en busca de una solución.

Cobo está de acuerdo con el diagnóstico y con la mayoría de las soluciones que proponen los estadounidenses. El problema con la investigación es global. "El objetivo ya no es "hacer ciencia", ahorabasta con publicar", reflexiona y señala que no se valora tanto como antes el impacto que lo publicado tendrá a largo plazo.

El problema no afecta por igual a todas las categorías de la investigación. Los autores resaltan que el problema afecta menos a los ensayos clínicos, fase final de la investigación. Y Cobo coincide en que los ensayos clínicos hace más tiempo que están muy vigilados y se conocen mejor tanto sus riesgos de sesgo como las guías para su buena publicación.

Sin embargo, las cosas son muy distintas en la investigación preclínica, especialmente la que usa modelos animales. "Es lógico porque son más pioneros", señala el profesor de la UPC. Pero la realidad es que, como escriben los autores del artículo, con demasiada frecuencia, estudios que dan por buena una hipótesis significativa no consiguen ser reproducidos por otros expertos.

Las razones detrás de este hecho van más allá del menor interés de los científicos por otra cosa que no sea publicar. Según señala el artículo, existe un problema de formación. Por esta razón, Collins y Tabak explican que los NIH están desarrollando un módulo de enseñanza para mejor la reproductibilidad y transparencia de los hallazgos. Para Cobo, es precisamente en una mejor formación donde reside la solución al problema. "La gente se pone a investigar con gran formación en su especialidad pero sin ponerse al día en métodos científicos", comenta y cree que habría que fomentar tanto el espíritu crítico como el conocimiento en estadística y otras ciencias de interpretación de datos . "Que se escriban más cartas (y se publiquen) cuando un artículo no se pueda reproducir", señala.

El siguiente punto es el uso de las llamadas checklists, sistemas que obligan a los propios investigadores a evaluar si sus resultados serán reproducibles en un futuro. Los autores proponen que las personas encargadas de otorgar financiación se dediquen a fondo a este asunto. Esas listas o guías, como CONSORT son ya muy utilizadas en la investigación en ensayos clínicos.

La tercera acción que proponen los líderes de los NIH se basa en favorecer una mayor transparencia de los datos de los investigadores. Se trata de mejorar el acceso y fomentar los comentarios críticos a los datos disponibles.

El artículo concluye apelando a la responsabilidad de todos los actores implicados en el asunto y felicitándose por la implicación por las medidas de ciertas revistas, incluyendo la que recoge su articulo.

Nature Publishing Group derogó las restricciones en el apartado de métodos para asegurarse de que los autores de los estudios detallan los detalles metodológicos clave, entre otras medidas. También lo ha hecho Science, entre otras revistas.

"Yo creo que las cosas van a cambiar; se han implicado las revistas, las agencias reguladoras, los que dan dinero para investigar... El problema es a qué velocidad", concluye por su parte Cobo.




Hallan pistas de por qué algunos diabéticos llegan a necesitar diálisis o trasplante renal

El 33 por ciento de pacientes con diabetes tipo 2 sufre daño renal que progresa a la última fase de enfermedad renal crónica, en la cual requieren someterse a diálisis o a trasplante de riñón.

CF. | 20/01/2014 00:00
CF.
 

Hasta ahora se creía que la patología renal es provocada por el daño glomerular (afectación de los vasos sanguíneos del riñón), que vierte la proteína albúmina en la orina. De ahí que las actuales terapias se dirijan a tratar la albuminuria resultante pero no prevengan el fallo renal.
 

Un nuevo estudio, publicado en el último número de Kidney International, y llevado a cabo por científicos del Centro Joslin para la Diabetes, en Boston (Estados Unidos), ha proporcionado nuevas pistas, al comparar las huellas metabólicas de los pacientes que desarrollaron el último estadio de enfermedad renal crónica frente a las de aquéllos que no llegaron a esa fase.
 

Los investigadores, coordinados por Monika Niewczas, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, también en Boston, seleccionaron 40 pacientes que permanecieron con vida y sin necesidad de diálisis o trasplante durante entre 8 y 12 años de seguimiento. Después buscaron en las muestras de plasma de estos individuos los niveles de unos 2.400 metabolitos -moléculas que se producen durante el metabolismo-. Los autores encontraron 16 moléculas de soluto urémico presentes en niveles mucho más elevados en aquellos pacientes que más adelante desarrollaron enfermedad renal crónica en fase final. De hecho, los solutos urémicos son conocidos por acumularse en el plasma cuando existe fallo renal y, a su vez, la lesión de las células tubulares del riñón constituye un mecanismo potencial por el cual aquellos metabolitos podrían desembocar en fallo renal.
 

METABOLITO DE LA INSULINA
 

Además, los investigadores hallaron una potente correlación entre las concentraciones elevadas de mio-inositol, un metabolito implicado en la señalización de la insulina y en muchos otros procesos biológicos, y la progresión a la última fase de enfermedad renal crónica. “Las alteraciones del metabolismo en general juegan un papel clave en la diabetes, y estudios como éste pueden tener un enorme potencial para desentrañar nuevas vías que conduzcan al desarrollo de medicamentos y pruebas de diagnóstico”, concluye Niewczas.






Imagen: http://www.sciencecodex.com/aggregated-images/body/pGrZ61oDQ5iv8Fm2.jpg
Publicado por http://www.correofarmaceutico.com/2014/01/20/al-dia/medicina/hallan-pistas-algunos-diabeticos-llegan-necesitar-dialisis-trasplante-renal