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Hidratación y salud



El 60% de nuestro peso es agua y todas la reacciones químicas que tienen lugar en nuestro organismo son en medio acuoso, así que, para optimizar el metabolismo y asegurar el correcto funcionamiento de todos los sistemas hace falta renovar constantemente el agua corporal. La buena hidratación es fundamental para la salud.

El agua es un factor clave en el tránsito intestinal junto con la práctica diaria de ejercicio, por lo que se debe asegurar la ingesta suficiente de agua en caso de estreñimiento. Para mantener el contenido de agua el cuerpo ajusta las pérdidas por sudor, orina y heces mediante la reabsorción de líquido. Si se reabsorbe mucha agua en el colon, las heces se vuelven más duras, aumenta también la absorción de toxinas y la sobrecarga hepática para intentar expulsarlas.

Que el tránsito intestinal funcione bien es garantía para que la Dieta Coherente te ayude a bajar peso de una manera sana y equilibrada.

El agua también juega un papel crucial en el mantenimiento de la temperatura corporal. Además lubrifica las mucosas y las articulaciones evitando el dolor por desgaste. Diariamente perdemos entre 2 y 3 litros de líquido a través del sudor, orina, respiración y la transpiración cutánea.

Si se produce deshidratación, la Histamina, favorece la hidratación de los tejidos mediante la vasodilatación de los capilares que les llevan agua, pero un excesivo aumento de histamina produce más inflamación. Además la deshidratación ralentiza un 3% el metabolismo, con un efecto similar al consumo de 60 kcal más por día, que se convierte en una ganancia de 3 Kg al año.

Conforme envejecemos el mecanismo de la sed se vuelve ineficiente, así, es frecuente que los ancianos no beban lo suficiente. Además, con la edad se producen cambios en la función renal que favorecen una excesiva pérdida de agua por la orina. Sólo una cuarta parte del agua que nuestro cuerpo necesita puede ser suministrada por los alimentos sólidos, por lo que es necesario beber de 1,5 a 2 litros diarios de agua (infusiones, caldos, zumos o leche) para una correcta hidratación.

Hay que esforzarse en beber más, en climas calurosos, al realizar ejercicio o si se padece fiebre, diarrea, migrañas, cansancio, estreñimiento, sobrepeso, hipertensión, gastritis, dolor de articulaciones, síndrome premenstrual, colesterol, calambres, mal aliento, lengua sucia, arrugas, sequedad de piel, etc. Si limitas el líquido, los riñones sólo trabajan para eliminar las toxinas de las comidas recientes, pero si mantienes el organismo en constante hidratación, ayudas quemar las grasas acumuladas. Intenta beber antes de la comida para tener una mayor sensación de saciedad, durante las comidas reduce la eficacia de los jugos digestivos.

Es preferible elegir bebidas sin cafeína, ya que aumentan la pérdida de agua al estimular la actividad urinaria. Además la cafeína estimula los mecanismos fisiológicos del Estrés Crónico, generando hiperinsulinemia y reduce los niveles de magnesio, zinc y hierro.

Los refrescos o bebidas con gas tampoco son una buena opción pues, además del excesivo aporte de azúcar, provocan retención de gases e hinchazón abdominal, y por su alto contenido en fósforo desplazan al calcio de los huesos pudiendo alterar el crecimiento y el metabolismo óseo, aumentando el riesgo de osteoporosis.

Reduce el consumo de alcohol pues:

  • Es un potente estimulante del apetito. 
  • Aporta calorías vacías sin valor nutricional. 
  • Produce deshidratación a corto plazo y retención de líquidos a medio plazo. 
  • Reduce los niveles de vitaminas del grupo B, vitales para “quemar” grasas. 
  • Interfiere en la absorción de zinc. 



Os dejamos una infografía de los alimentos con más cantidad de agua y por lo tanto lo más hidratantes.



Publicado en http://www.dietacoherente.com/2014/06/02/hidratacion-y-salud/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=hidratacion-y-salud

La autora del blog no se responsabiliza de las opiniones que se vierten en este artículo. La ingesta de líquidos no puede sobrepasar los límites, o estamos encaminados a sufrir un importante problema renal.
Beatriz González.

Protege tus pies en verano

El verano es la época ideal del año para descubrirse hasta los pies. Sin embargo, para los diabéticos el calor representa ciertos cuidados especiales. ¡Toma nota!

Durante la época más calurosa, los diabéticos requieren cuidados adicionales, ya que las altas temperaturas pueden provocar deshidratación y resequedad de la piel, en especial la de los pies. En el caso de los pacientes insulinodependientes, la absorción de insulina aumenta, dependiendo del lugar de administración y de la actividad física, por lo que debe reajustarse la dosis diaria.

Cuidados en verano

Es necesario que adquieras nuevos cuidados durante la época calurosa en el trabajo, en casa o en cualquier viaje que realices. La clave para atravesar esta época sin descontroles está en mantener una hidratación adecuada y el cuidado de la piel con el uso constante de bloqueador solar.

Al armar tu maleta

Un viaje provoca muchas emociones y representa mayores retos, ya que debes equiparte con las medidas necesarias para mantener bajo control tu diabetes. Toma en cuenta los siguientes consejos antes de empacar tu maleta:

- Mantente bien hidratado, de preferencia con agua pura. Si tienes alguna restricción médica al respecto, consulta con tu doctor qué debes tomar en horas de mucho calor.

- El bloqueador solar es indispensable para proteger tu piel, aplícate protector tres veces al día durante las horas de mayor concentración solar (9, 11 y 14 horas).

- Evita exponerte al sol directo por periodos prolongados.

- Controla el nivel de la glucosa de manera constante.

- Evita caminar descalzo, sobretodo en la arena, ya que los desechos en la playa pueden causar alguna herida, aunque menor, que se convierta en una infección a mayor escala.

- Utiliza calzado cómodo y ventilado. Si vas a estar en una piscina, debes usar calzado especial para agua. Evita zapatos fabricados con plástico o materiales sintéticos.

- Lleva varios pares de zapatos y medias especiales.

- Evita usar ropa muy apretada o húmeda.

- Revisa de manera cuidadosa y constante tus pies. Una diabetes mal cuidada provoca una neuropatía diabética que disminuye la sensibilidad del cuerpo, en especial de los pies, que pueden lastimarse sin que te percates de la herida.

- Porta un botiquín de primeros auxilios.

- Si eres paciente insulinodependiente debes mantener tus dosis de insulina en un lugar adecuado. No la expongas al sol directo.

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Publicado en https://tuconsejeroendiabetes.wordpress.com/2014/04/10/protege-tus-pies-en-verano/