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Vivir a bajas temperaturas tendría importantes beneficios metabólicos

Un nuevo estudio recientemente presentado en la Conferencia conjunta de la Sociedad Internacional de Endocrinología y la Sociedad Endocrina llevado a cabo en Chicago, demuestra que las temperaturas ambientales pueden influenciar nuestro riesgo a desarrollar diabetes u obesidad. Esto es debido a que influencian el crecimiento o pérdida de grasa “parda” en individuos. La grasa corporal se clasifica en grasa “blanca” y “parda”. La primera almacena energía, mientras que la segunda usa esta energía para generar calor, lo cual confiere a esta última la característica de saludable. La grasa parda es particularmente identificada en animales pequeňos y en recién nacidos como una grasa generadora de calor. Estudios previos han mostrado que animales con volumen considerable de este tipo de grasa son resistentes a la diabetes y obesidad.

Recientemente, el Dr. Paul Lee, endocrinólogo del Instituto de Investigación Médica Garvan en Sydney, encabezó el proyecto “ICEMAN” o Impacto de la exposición crónica al frío en humanos en el Instituto Nacional de Salud en Washington D.C. Resultados preliminares de este investigador han mostrado que individuos con mayor almacén de grasa parda, tienden a ser delgados y tener menores niveles de glucosa en la sangre . Más importante aún fue el hallazgo que las células de grasa blanca pueden convertirse en células de grasa parda.

En base a estos resultados previos, el estudio “ICEMAN” reclutó 5 varones saludables y los expuso por 4 meses a diferentes temperaturas ambientales en el Centro Clínico del Instituto Nacional de Salud. Los individuos mantenían su ritmo habitual de vida durante el día y regresaban cada noche al centro, en el cual permanecían por 10 horas en condiciones controladas de temperatura.

Durante el primer mes, la temperatura fue mantenida en 24°C, una temperatura reconocida como termo-neutral en la cual el cuerpo no tiene que realizar ningún trabajo para generar o perder calor. En el segundo mes, la temperatura fue disminuída a 19°C;en el tercer mes, ésta fue incrementada nuevamente a 24°C , y a 27°C durante el cuarto mes. Al final de cada mes, los participantes se sometieron a una evaluación metabólica detallada en una sala de calorimetría . Adicionalmente, se realizaron estudios de imágenes para medir la cantidad de grasa parda, así como biopsias de músculo y grasa para detectar cambios metabólicos.

Independientemente de la estación del aňo en el que se llevó a cabo el estudio, el volumen de grasa parda se incrementóen un 30-40% del nivel basal durante el mes de exposición a la temperatura fría (19°C), regresó al nivel inicial durante la exposición a 24°C, y disminuyó por debajo del basal a la temperatura ambiental de 27°C. El incremento de grasa parda fue acompaňado de un aumento de la sensibilidad a la insulina, en otras palabras, los individuos con mayor cantidad de grasa parda necesitan producir menor cantidad de insulina después de una comida para normalizar su glucosa en la sangre.

Estos hallazgos representan resultados bastante prometedores para el tratamiento de pacientes con diabetes, quienes se beneficiarían del incremento en la sensibilidad a la insulina conferida por un aumento en el volumen de grasa parda después de la exposición ambiental a temperaturas bajas. Además, sugieren que la exposición al frío, aunque poco confortable para muchos, es en realidad una herramienta útil para mantener un estado metabólico saludable.









Publicado en http://elcomercio.pe/blog/bajoelmicroscopio/2014/07/vivir-a-bajas-temperaturas-tendria-importantes-beneficios-metabolicos

LA CÁSCARA DE MANZANA AUMENTA LA QUEMA DE CALORÍAS Y REDUCE LA OBESIDAD



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La cáscara de manzana aumenta la quema de calorías y reduce la obesidad
Sección Salud. Publicación 03/02/2014 | 83100. Leída: 117 veces. 656 Palabras. Tiempo de Lectura 05:28

La obesidad y sus problemas asociados, como la diabetes y la enfermedad de hígado graso son problemas de salud cada vez más comunes a nivel global. Sin embargo, un nuevo estudio realizado en ratones por investigadores de la Universidad de Iowa, EE.UU., demostró que una sustancia natural de la cáscara de la manzana puede protegerlos parcialmente de la obesidad y algunos de sus efectos nocivos.

De acuerdo a los resultados de la investigación, la sustancia conocida como ácido ursólico reduciría la obesidad y los problemas de salud asociados a ésta, ya que aumenta la cantidad de músculo y de grasa parda; dos tejidos reconocidos por sus propiedades para quemar calorías.
Es así que los investigadores sometieron a los ratones a una dieta alta en grasas durante varias semanas, donde la mitad de los animales, además, recibió ácido ursólico en su comida alta en grasas.

Cabe señalar que el estudio -publicado en la revista PLoS ONE- fue dirigido por Christopher Adams, profesor asociado de medicina interna de la UI y académico de la Fraternal Order of Eagles Diabetes Research Center en la UI.

“A partir de trabajos anteriores, sabíamos que el ácido ursólico aumenta la masa muscular y la fuerza en ratones sanos, lo cual es importante porque podría sugerir una terapia potencial para la pérdida de masa muscular”, dijo Adams al sitio de noticias IowaNow.

“En este estudio, hemos probado el ácido ursólico en ratones con una dieta alta en grasas; un ratón modelo de obesidad y síndrome metabólico. Una vez más, el ácido ursólico aumentó el músculo esquelético. Curiosamente, también redujo la obesidad, la prediabetes y la enfermedad de hígado graso”, agregó.

“Puesto que el músculo es muy bueno en la quema de calorías, el aumento de los músculos en los ratones tratados con ácido ursólico puede ser suficiente para explicar cómo éste reduce la obesidad. Sin embargo, nos sorprendió descubrir que el ácido ursólico también incrementó la grasa parda, un fantástico quemador de calorías. Este aumento en la grasa parda también puede ayudar a proteger contra la obesidad”, comentó.

Hasta hace poco, los investigadores creían que sólo los recién nacidos tenían grasa parda, la que luego desaparece durante la infancia. Sin embargo, la mejora de las técnicas de imagen ha demostrado que los adultos conservan una pequeña cantidad de la sustancia, principalmente en el cuello y entre los hombros.

Algunos estudios han relacionado el aumento de los niveles de grasa parda con menores niveles de obesidad y con niveles saludables de azúcar y lípidos en la sangre, lo que sugiere que la grasa parda podría ser útil en la prevención de la obesidad y la diabetes.

Curiosamente, los ratones cuya dieta incluía ácido ursólico, comían más alimentos que los ratones que no recibieron el suplemento, y no hubo diferencia en la actividad entre los dos grupos. A pesar de esto, los ratones tratados con ácido ursólico ganaron menos peso y su nivel de azúcar en la sangre se mantuvo cerca de lonormal.

Los ratones tratados con ácido ursólico tampoco desarrollaron la enfermedad de hígado graso asociada a la obesidad, una condición común y actualmente incurable que afecta a aproximadamente uno de cada cinco adultos estadounidenses.

“Nuestro estudio sugiere que el ácido ursólico incrementa el músculo esquelético y la grasa parda lo que conduce a una mayor quema de calorías, y a su vez protege contra la obesidad inducida por la dieta, pre-diabetes, y la enfermedad del hígado graso”, señaló Adams.

“La grasa parda es beneficiosa y la gente está tratando de averiguar la manera de aumentarla. Llegados a este punto, no sabemos cómo el ácido ursólico aumenta la grasa parda, o si aumenta la grasa parda en ratones sanos. Y, lo más importante es que no sabemos si el ácido ursólico beneficiará a las personas. Nuestro próximo paso es determinar si el ácido ursólico puede ayudar a los pacientes”, concluyó.


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