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El cuartel de Monteleón

en Madrid hay una zona muy hermosa de día y muy marchosa de noche. Es la zona de "Malasaña" como decimos por aquí.
No son más de diez callejuelas entrecruzadas, con una placita en medio de todas ellas. Esa plaza se llama "Dos de Mayo". Frecuentada a diario por gente que pasea sus perros o que lee el periódico al sol los domingos por la mañana, por la noche cambia radicalmente. Cada dos portales hay un garito. Pequeños, ruidosos, humeantes y alternativos. Garitos de rock, de tecno, de música española, alguno de ellos nostálgico de la movida ...



Un día de hace casi 200 años este lugar era bien diferente, pero también hubo movida. Vaya si hubo. Durante tres horas, cañones españoles escupieron fuego en dirección al Sur, Este y Oeste, justo por donde discurren las calles de Daoíz, Velarde y Dos de Mayo.

Aquí se levantaba el acuertalamiento de Monteleón, y pocas horas antes, decenas de madrileños habían llegado solicitando armas para enfrentarse a los gabachos que ocupaban un Madrid sin gobierno. Los militares, no más de setenta, abrieron los arsenales convencidos por los capitanes Daoíz y Velarde, y junto al teniente Ruiz de Mendoza y unos ciento cincuenta ciudadanos prepararon la defensa del cuartel.

El ataque fue cruel y definitivo. Tres horas bajo el fuego artillero de la élite napoleónica bastaron para acabar con el pequeño bastión. Todos los defensores tuvieron una muerte romántica, digna de un folletín de Dumas. Ruiz y sus hombres destrozados por la artillería, Velarde muerto de un balazo en la carga final, y Daoíz cosido a bayonetazos al pie del último cañón español.



Hoy les recordamos con sus nombres en las placas de las calles, y con ello damos homenaje no sólo a los militares, sino también a todos los ciudadanos que gritaron libertad aquel día. Manuela Malasaña era una adolescente en Mayo de 1808. Fue asesinada porque, como costurera que era, llevaba unas tijeras consigo y ello les pareció un delito a los escuadrones de Murat. Su nombre se recuerda todos los días entre los jóvenes madrileños pero pocos de ellos saben quién fue.

El año próximo será el de los fastos del bicentenario. El corazón patrio mirará de reojo al francés y muchos nos volveremos a sentir orgullosos de aquellos "héroes del dos de mayo". Estamos faltos de referentes, así que miraremos al pasado.
Civilización: historia de una guerra

Si en lugar de una Historia de la Humanidad una editorial publicara una Historia de la Guerra, sólo cambiarían las tapas del volumen. Desde el siglo I hasta 1945 podemos asegurar que el 90% de los personajes que aparecen en los libros eran jefes militares. Incluso los gobernantes solían ser retratados vestidos de militar o con algún arma en sus manos.



¿Qué sabemos del arquitecto de las pirámides, de la Alhambra, del Taj Mahal?. En los libros tenemos las glosas sobre la vida de quienes ordenaron construir tales monumentos, pero ¿sabemos algo de sus esposas, de sus ministros, de los artistas que idearon tales maravillas?
La pérfida Albión

quizá sea por los supuestos atropellos sufridos por Alonso (aunque no sé si es para tanto), quizá por las afrentas históricas de la pérfida Albión o quizá (y más probable) porque hoy a las 10 de la mañana ya me habían puteado dos "compañeros" ingleses, voy a dedicar este post a contribuir a la tradicional animadversión patria hacia los británicos.

Trabajo con ingleses y diariamente tengo ocasión de comprobar que si hay una cosa que les caracteriza es su cinismo (ellos dicen flema). El porte y la distinción de los que alardean son a menudo un delicado envoltorio de algo que huele bastante mal. Disfrutan de un fino sentido de la ironía y un humor refinado, pero casi siempre está al servicio de ese aire de superioridad y desprecio con el que nos miran a franceses o españoles (a los alemanes no les desprecian, les odian).

Gran Bretaña combina la mítica imagen del gentleman con los borrachuzos "hooligans". Históricamente orgullosos, vividores y viajeros, amantes del boato y la apariencia, hicieron gala de ese contraste firmando sentencias de muerte por piratería y patentes de corso con la misma mano. En el siglo XVIII patentaron la democracia, mas al tiempo, fueron la nación que más explotó la trata de humanos. Y más tarde, durante el siglo XIX, se empeñaron en liberar Oriente Próximo del "yugo" otomano, pero a la vez estrangulaban a la vecina Irlanda, sojuzgaban India y deportaban a Australia a miles de delincuentes comunes.

Dicen en diplomacia, que lo que haga tu mano izquierda no ha de saberlo la derecha, sobre todo cuando ambas son británicas.
Otras lenguas

¿Por qué en el instituto nos enseñaban latín para loros y salíamos de allí sin saber nada de catalán, vasco o gallego?. Parecía que el latín y la filosofía era algo sagrado y hoy ya ni aparecen en los planes de estudio. Por contra, qué bien nos hubieran venido unos rudimentos de otras lenguas.

Incluso hoy, tanto rollo de España y la unidad y todo eso, pero aquí nadie hace nada para acercarnos a las otras culturas de nuestro país. Aún me pregunto por qué las televisiones autonómicas no tienen cobertura nacional. Sólo veo Canal Sur o Canal Nou cuando voy de viaje por allá.

De Portugal ni hablamos. Durante 80 años entre los siglos XVI y XVII fue parte de España (sin contar los siglos de dominación romana, visigoda y musulmana que compartimos) pero para muchos españoles Lisboa está mucho más lejos que Londres, y de portugués, of course, ni papa.

En breve pondré un post con la evolución regional que ha sufrido la península. A más de uno le va a sorprender. Por el momento, unas clases de catalán con está magnífica canción ...



"El far del Sud" Sopa de Cabra
En busca del líder

históricamente, la democracia es un sistema recién estrenado y, en el mejor de los casos, el sufragio universal no tiene más de cien años. Sin embargo, a lo largo de los siglos sí ha habido muchos sistemas políticos que han utilizado un sufragio reducido, censitario o de "castas" para elegir a sus líderes.

Gracias a estas "elecciones" más o menos abiertas, desde el sistema tribal hasta nuestros días los hombres han elegido a un "primus inter pares" para ejercer el gobierno. Las ventajas eran obvias, pues el grupo estaría conducido por un personaje CAPAZ, ya fuera en la guerra, en la caza o en la diplomacia.

Hoy, afortunadamente para todos, la democracia permite que todos podamos elegir y ser elegidos. Bien por la democracia. Se podría pensar que ello abre el abanico de capacitados para ejercer el poder peeeeero ... los resultados son desoladores:


Y como la ineptitud de estos personajes es evidente, no vamos a debatirla, simplemente intentaremos descubrir CÓMO COJONES HAN LLEGADO HASTA AHÍ:

  • Teoría de la Conspiración: son tontos útiles, manejados por poderes ocultos.

  • Teoría de las falsas apariencias: realmente son listos, aunque no lo parezcan.

  • Teoría de la fatiga cerebral: eran inteligentes, pero tanta presión ha convertido sus cerebros en yogur.

  • Teoría de la exclusión: ningún personaje realmente inteligente desea el puesto.

Uhmmm, difícil elección. Yo diría que es un poquito de cada. A saber:

"el político del siglo XXI es un tonto útil, no tanto como parece, en pleno declive mental y cuya carrera ha sido facilitada porque los gestores realmente buenos están en la empresa privada". Zorro dixit.

Penoso. El proceso habitual es que alguien comienza como ministro o portavoz o algo así, y piensas ¡coño, uno que parece espabilado!; cuando le nombran candidato de algo se le comienza a poner cara de haba y finalmente, si gana, el proceso hacia la idiotez es irreversible. Mirad estos de aquí abajo. Ya les falta poco:

La Alhambra y el Acueducto

desde hace un par de semanas vengo recibiendo invitaciones de voto para la Declaración Oficial de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo

Lo primero que he de decir es que me parece muy democrático pero muy poco caballeroso incluir en la votación a las pirámides de Gizeh. ¿Y si no saliese entre las elegidas? ¡qué pena! el monumento más antiguo del mundo privado del trono. Vamos, como quitarle el bastón a un abuelo.



Dicho esto mi primer voto quedó claro. De las otras seis, voté al Coliseo y a la Acrópolis, a la Muralla China, al Taj Mahal, a la Torre Eiffel y por supuesto a LA ALHAMBRA.

Del resto de finalistas, me costó dejar alguna fuera, como Santa Sofía, Machu Picchu o Angkor, pero en general estoy satisfecho de mi elección. Que los organizadores redujeran la lista desde las 77 iniciales ayudó mucho. Un enamorado de la Historia como el Zorro hubiera tenido grandes reparos en prescindir de San Pedro de Roma, de la Catedral de Colonia o de Abu Simbel.

En fin, hay tantos sitios hermosos en el mundo que debió ser difícil incluso hacer la primera lista de 77 lugares, pero lo que más me llena de orgullo es que en esa primera selección hubiera siete lugares, siete, de nuestro país. Además de la Alhambra, aparecía la Giralda, el museo Guggenheim, el Palacio Real de Madrid, la Mezquita y EL ACUEDUCTO de Segovia.

Bueno chicos, a votar. No me gustaría que votaséis a nuestro candidato porque sí, así que, por favor, antes de elegir a ningún otro monumento, contemplad LA ALHAMBRA.

“¡Intrusos!” ,“hacen por cinco centavos lo que un negro hace por diez y un blanco por veinte”.


Esta es la reflexión de Bill el Carnicero cuando ve desembarcar a los emigrantes irlandeses en el puerto de Nueva York. Bill reina en el barrio de “Five Points”, un rincón marginal de la ciudad en 1870. Nieto de irlandeses, se hace llamar “nativo”, y cree tener más derechos que los recién llegados pues ha nacido en América. Los que bajan del barco han abandonado una Irlanda sin esperanzas ni recursos y buscan una salida en el nuevo continente. Él practica el robo y la extorsión, asesina … pero se queja porque los nuevos distorsionan los salarios.
Leónidas y los 300

acabo de salir de ver una película que ilustra una de las más famosas batallas de la Antigüedad, la hazaña de un pequeño ejército formado por diversas fuerzas griegas dirigidas por el rey de Esparta, Leónidas.

Cuentan las crónicas que unos pocos miles de hombres de toda Grecia llegaron en un mes de Agosto de hace casi 2.500 años al desfiladero de las Termópilas, una estrecha franja de apenas 150 m entre el monte y el mar. El objetivo no era vencer en la batalla, sino detener a la vanguardia de las fuerzas de Jerjes, un ejército invasor persa de más de 200.000 soldados. Lo consiguieron durante unos días, y para la Historia quedó el recuerdo de los 300 espartanos y 700 tespieos que lucharon hasta la muerte, no sin antes acabar con miles de enemigos.



La película me ha gustado. Buena caracterización de personajes, buena puesta en escena. No hay que olvidar que no sólo se inspira en el episodio histórico sino también en la estética del cómic con que lo recreó Frank Miller. Prescindiría de la pedantería de ciertos diálogos, de los ridículos atuendos persas y de poco más.

En fin, que vengan muchas realizaciones como ésta, o como Gladiator, o Braveheart. El cine histórico (sobre todo el épico) está muy vivo, a pesar de pestiños como Troya, Alejandro o El patriota.
La Iglesia Católica

Nunca hasta la elección de Joseph Ratzinger como sumo pontífice de la Iglesia Católica había advertido la por otra parte obvia humanidad de un Papa. Horas antes de que finalizase el sínodo, el que hubiere de ser Benedicto XVI era presentado por la prensa especializada como un político, como un maestro de la teología o como un inquisidor en su papel de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. No leí una sola línea que me hiciese pensar que era una persona superior a los demás hombres.

Todo cambió cuando vimos la fumata blanca elevarse sobre la plaza de San Pedro. La batalla interna se acabó y todos los obispos, progresistas o moderados, ecumenistas o romanos, se arrodillaron ante su nuevo Papa. En tan sólo unos segundos, las polémicas opiniones personales del hombre, tornaron en dogma. Este hecho, más que ningún otro, me parece el exponente máximo del anquilosamiento del catolicismo.

Durante el siglo XX la democracia se ha impuesto como el sistema de gobierno que mejor casa con la protección de los Derechos Humanos. Así, mientras el Estado sí se ha adaptado a los tiempos, en la Iglesia perdura un sistema de gobierno absolutista. Y es en los últimos cuatrocientos años, sólo un papa ha tratado de adaptar la Iglesia a los tiempos. Ese hombre fue Angelo Giuseppe Roncalli, elegido en 1958 con el nombre de Juan XXIII.

Juan XXIII sólo tuvo cinco años de pontificado, pero dejó una huella indeleble en la Iglesia. Su gran obra, el Concilio Vaticano II trató de sacar a la Iglesia de las tinieblas de Trento. Aunque su versión final fue bastante descafeinada, los años de discusiones sirvieron para que la Iglesia realizase un auto análisis que hasta entonces se había obviado por innecesario.

El legado de este hombre fue, por desgracia, poco desarrollada. Su apuesta por el ecumenismo (diálogo interreligioso encaminado a la unidad de todas las religiones cristianas) restaba poder a Roma y fue saboteada. Su apuesta decidida por los pobres, multiplicando la voz de las diócesis del tercer mundo, tampoco tuvo continuidad, quizá por el temor de la Curia a movimientos críticos como la "Teología de la Liberación" o por motivos más mundanos, como que en ocasiones detener las hambrunas implica programas severos de control de la natalidad.

Hoy Benedicto XVI, el teólogo, no el inquisidor, tiene una gran oportunidad para continuar con el trabajo que Pablo VI y Juan Pablo II dejaron de lado. Sus recientes movimientos para estrechar lazos con el Islam y con la Iglesia Ortodoxa permiten albergar esperanzas. Respecto a la relación entre la Iglesia y la sociedad soy más pesimista. La ruptura es casi total y cada vez más somos los que apostamos por una vida al margen de las inquietudes religiosas.

Una Iglesia que minusvalora a la mujer, que condena el uso del preservativo, o que olvida a los pobres no tiene cabida en el siglo XXI. El uso de fábulas y tergiversaciones para adaptar las Escrituras a los manejos de la jerarquía es poco efectivo en una sociedad con acceso a la información. Sólo un mensaje puro y sencillo, basado en el respeto de los valores humanos, sin disfraces y aderezos, calaría en la sociedad. Yo mismo, desde fuera de la Iglesia, puedo reconocer ese mensaje en la vida de Jesús, pero por mucho que me esfuerzo no veo ni rastro de él en esta Iglesia.