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"Deformación" universitaria II
"... decíamos ayer", parafraseando a Fray Luis, que ir a la universidad es perder el tiempo. Es una sensación que siempre tuve, ya desde primero de carrera cuando comprobé que era mucho más fácil aprobar ese curso que cualquiera de los cuatro anteriores ( BUP y COU ).

Ya, ya sé que los que me conocéis, sobre todos los ingenieros, estaréis pensando, "qué jodío, que hubiera estudiado Aeronáutica". Bien, es posible que unas carreras sean más fáciles que otras, pero lo que sí es cierto es que en ninguna se deja uno los cuernos. En todas podríamos haber trabajado más. Dicho esto, a modo de autocrítica, me explicaré ¿por qué creo que perdí el tiempo? pues porque no aprendí nada que no hubiera aprendido con un poco de disciplina y leyendo libros. Creo además que los años pasados en la facultad no me hicieron más listo o menos tonto.

Puedo decir que "aquéllos maravillosos años" me dieron muchas cosas, sobre todo amigos y risas, pero en el plano de formación, cero. Aprendí más en los empleos temporales con los que pagaba mis gastos.
Sin ningún género de dudas, mi puesto de trabajo actual lo pueden desarrollar con éxito otros compañeros que no han ido a la Universidad.
¿Qué decir de los "títulos"? papel mojado, nada más. Salvo para determinados puestos públicos u oficios regulados por colegios profesionales, nadie te pide el impreso oficial donde dice que eres economista, ingeniero, abogado o filólogo.

Bah, paparruchas!, diría el pobre Mr. Scrooge. La universidad esta sobrevalorada. Creo que hablar idiomas, ser resolutivo, saber escuchar, saber mantener la mente fría y tener ganas de trabajar son virtudes más importantes que el conocimiento memorístico de determinada materia. Y creo también que, mientras la Universidad no cambie y se olvide de cátedras y honores, los chavales seguirán saliendo tan burros o tan brillantes como eran el día que se matricularon en primero. Y lo que es peor, tan engañados como nos sentimos nosotros y nuestros padres en su día, cuando nos tragamos la trola de que con un diploma bajo el brazo ganaríamos el oro y el moro en unos pocos años.
Stanley Miller

en 1963 un científico californiano de 33 años experimentó que una combinación de varios componentes inorgánicos bajo la influencia de la radiación solar y fuertes descargas eléctricas, daban lugar a moléculas orgánicas.

Lo difícil estaba hecho y estas moléculas, flotando en la que ha sido llamada "sopa prebiótica", pudieron combinarse para dar origen a los componentes fundamentales de la vida:
  • aminoácidos

  • azúcares

  • grasas

  • nucleótidos

Aunque no está totalmente demostrado que todos los ingredientes de Miller realmente existieran en aquellos tiempos (ej. metano o amoníaco), es presumible que la sopa primaria fuera el origen de lo que somos hoy, y de lo que seremos mañana (que esto no ha acabado aún).

Miller falleció ayer y ahora podrá preguntarle a su Dios si acertó con los ingredientes de la sopa y sobre todo, cuál fue el "toque mágico" que convirtió unos cuantos componentes químicos en un ser pensante que hoy se pregunta por sus orígenes. Al fin y al cabo, la pregunta sin respuesta para cristianos o agnósticos es ¿quién o qué guisó la sopa?

Si ya nos lo decía mamá. Hijo, como no te comas las sopa te vas a quedar canijo.

¡qué inventen otros!

a la mayoría de la gente les da igual que la patente del coche que conducen pertenezca a un señor que no habla castellano. ¿Qué efecto tendría que ese señor fuera de Toledo, aparte del natural orgullo patrio? Alguno les contestaría:
"pues que los beneficios por la venta de todos esos vehículos salen de España y van a otro país".
¡Ah! eso ya es más serio, (alerta natural que experimentamos cuando nos tocan el bolsillo). Otro podría decir:
"pues el dueño de la patente del coche puede decidir llevarse sus fábricas a un lugar donde la mano de obra sea más barata".
¡Leche! eso es peor aún (el fantasma del paro tiene una sombra muy alargada).

A esas alturas de la conversación, el grupo habrá descubierto varias razones por las que es bueno que un país tenga alto nivel de Investigación+Desarrollo+Innovación. Siempre puede salir una voz discordante y decir:
"¿de qué le vale a los alemanes que Volkswagen sea de allí, si luego deslocalizan sus fábricas en Eslovaquia y guardan su dinero en Suiza?"
Cierto, buen apunte, pero siempre será más difícil que Inditex (Zara) mueva sus fábricas a que lo haga Delphi ¿no es cierto?

Por suerte para España, la entrada en el Mercado Común nos proporcionó de golpe la posibilidad de compartir los avances en I+D+I que habían realizado nuestros socios europeos, pero a nadie se escapa que hoy Europa no inventa nada. Nos ganan la partida los americanos. Y tampoco podemos optar por fabricar lo que los demás inventan, pues ahí nos ganan por goleada los asiáticos.

¿Qué nos queda entonces? Europa es el principal mercado mundial, HOY. También el núcleo de población con un nivel cultural más alto de todo el globo, HOY. Pero los demás avanzan rápido y dado que no somos los mejores en productividad basada en costes bajos, hay que optar por ganar la partida en innovación. Vender caro productos de calidad, vender tecnología. O eso, o convertirnos en una reliquia turística donde los demás vengan a tomar el sol y mirar ruinas.

Y todo esto, ¿cómo se hace?. El capital humano lo tenemos, pero hay que desarrollarlo. Cátedras exclusivamente dedicadas al Postgrado, atendidas por expertos mundiales fichados a golpe de talón y a los que deslumbremos con los medios que pongamos a su disposición. Sueldos competitivos y proyectos a largo plazo para aquellos que demuestren aptitudes e interés. Créditos blandos para que nuestros licenciados puedan invertir en ellos mismos sin tener que estar atados a un call center por 500€ en jornada partida. Altos beneficios fiscales para empresas con alto grado de implicación en este proyecto.

¿De verás es tan complicado? No lo creo. Sólo hay que darle prioridad y lamentablemente los responsables de los Ministerios, las Universidades, las Fundaciones, sólo tienen como objetivo perpetuarse en sus cargos de funcionarios acomodados. ¡Qué país!