Internet sin límite

Internet es un mundo apasionante que hasta ahora nos ha dado más alegrías que penas. Y eso que no le faltan detractores. Sociólogos que alertan sobre la tendencia a vivir con un único amigo de silicio. Gente que ve en la pantalla del ordenador una peligrosa ventana abierta a la intimidad de su hogar. Padres que desconfían de un mundo hostil que puede absorber la mente de sus hijos ... , y mucho más. Los hechos nos dicen que esos riesgos son ciertos. Internet es una realidad paralela con sitio para expandir nuestro conocimiento y relacionarnos infinitamente con los demás, pero también un lugar virgen para el crimen. Tanto es así que todas las policías del mundo tienen ya cuerpos especializados en el rastreo del ciberespacio.

El Zorro no es alarmista, pero si consciente de que Internet, como buen espejo, puede albergar tanto lo bueno como lo malo del mundo real. Prefiero no pensar en lo malo, pero sí en lo travieso o gracioso. Ý ahí va un ejemplo. Esta foto que veis es el "arte" que un adolescente británico ha expuesto en "Google Earth".

Foto: The Guardian

El chaval pensó que su casa quedaba muy sosa vista desde el cielo, de modo que pintó este escudo de familia, para que los navegantes supieran qué tipo de habitantes vivían en la finca. Ja, ja, los padres han tardado UN AÑO en darse cuenta.

Visto lo visto, no quiero imaginarme qué tipo de imagen ponía el tío en "Facebook". Se admiten apuestas.
Trece poemas de Byron Espinoza publicados en

www.poemas-del-alma.com
www.poemasde.net
www.poemascorazon.com
www.vivir-poesia.com

*********

Ahora
el tiempo nos amamanta
la luz florece en las entrañas
disipando laberintos.

Ahora
me dices cosas tan distintas
como el sol o la hormiga.

Ahora que la pureza de la sangre sigue siendo decisiva
el viento celebra en las aceras
el momento mágico
de tus manos
en las calles de mi rostro.

*********
Mi deseo
es un nudo de noches largas
¿Y el tuyo?

Minor Piedra


(Carne...
Placer.
Sentido.

Eternas paredes de excitación y música revolviéndose en simétricos mordiscos.

(Desnudo).

La cama.
El cuarto.

Tus manos hechas raíz en cada milímetro de mi cuerpo.

Un nuevo placer.

Nubes de piel y órganos rozándose. Abismos entre el sudor y el semen. Surcos de saliva y caminos lubricados.

Más placer.

Mis ojos penetrando tu vientre.

Escapar del orgasmo en tu boca.

(Jugar con las manchas de la pared. Con los precios detrás de la puerta).

Saberme diminuto en tus costillas. Amamantado de corales. Abejones caminando sobre mis testículos. Una luna resquebrajada puesta para adornar tus quejidos. Tus uñas abriéndome espalda y deseo. Palabras. Látigos de cuerpo y pan en migajas. Gritos bajos. Noche...

Amanecer con piel en las uñas).

*********

Deletreo en tu carne
tantos laberintos
formas tan distintas de inventarte.
En tu piel descubro
el por qué
de escarabajos y amapolas.

Tú y yo lo sabemos:
aunque reviente el hielo contra las rocas
siempre tendremos piel
para renovar el fuego.

*********

Descuartízame
y luego
almacena mis restos
en la bodega de tus párpados
para que
así
recuerdes tu flagelo
y te duelan más que a mí
los cuchillos del sexo.

*********

Incansable
remuevo las arenas de tu cuerpo.

*********


Lamo la raíz de tu espalda
entretejo el fruto de tu carne
a mis glándulas gustativas.
Ahí respiro catedrales
las convierto en orgásmicas visiones.
Muerdo la alfombra de tus pasos
la transformo en libélulas
que me trago mientras me sueñas hacerlo.
Nos enfrentamos rompemos nuestra piel con espejos de saliva
desdibujamos paredes
ventanas que se levantan en los ojos.
Asimilo el ritmo de tu cardinal hermosura.
Se condensa el eclipse del sudor. Asimilas la locura de cada párpado.
Derribas los castillos de la sonrisa
los transformas en pequeños insectos
que carcomen nuestras ansias
y nos hacen parte de la galaxia del cuarto.

*********

Me someto a tus paredes:
reviéntame contra ellas.

*********

Muerdes la última fruta de mi espalda
su jugo me recorre como piel de transparencia.
Floto entonces por tus paraísos y enredaderas
entre el musgo y los eclipses.
Muerdes los agujeros de mi locura hasta el éxtasis de su cansancio.
Pueblo de carreteras y algodones cada paso de tu vuelo
cada aletear de tu camino.

Emergen pequeños cristales del viento
bañados de minutos y colibríes.

Muerdo la última fruta de tu espalda
y la magia se repite.

*********

Persistente
continúa tu cuerpo
su gotear sobre el mío.

*********

Prepara los puñales
y alfileres:
voy a quitarle vigilancia al corazón.

*********

Seremos mutuo acuerdo
después del viento
y los jocotes
después del pan y la ceniza.

Seremos piel
después de las arañas
y los lagartos
después de las preguntas necesarias
y los eclipses indescifrables.

Seremos minuto sostenido
después de la poesía
y sus fantasmas
después de las almendras
y las hormigas.

(Miel y agua
después del sexo
y sus prisiones)

Pero ante todo:
SEREMOS.

*********

Un leve mordisco se transformó en agua
y lamió tu cuerpo.

*********

Yo amaestré a las criaturas
que
desde el suelo
se levantaban hasta tus ojos
y permití que inventaras
nuevas formas de usar mi cuerpo.

Yo puse sobre tu frente
al padre
al hijo
y al espíritu santo

pero
aun así
necesitaba este poema.
Otra vez en el eje del mal ...

El rollo este de ir de malotes con los USA me recuerda un poco al colegio. Había chavales que se pasaban el día fuera de clase. Eran los malotes; el eje del mal de la escuela, para que nos entendamos. Y luego estábamos los demás, el grueso de las fuerzas aliadas, que nos portábamos medio bien e íbamos tirando, eso sí, siempre dentro del aula. Lo de seguir siempre al profe ... bueno, te permitía sobrevivir y presentar a tus padres unas notas aseadas, sin comentarios negativos, pero no nos engañemos. No era nada divertido. De vez en cuando molaba que te echaran un rato fuera. Te permitía sentirte un poco rebelde, y a la vez, estrechar lazos con los chungos de la clase. Ahora lo llaman diplomacia.

Zapatitos quiere ir de malote. Quiere presumir ante sus amigos de que en el lado oscuro se vive mejor. Pero el tío bobo no se da cuenta de que la mayoría de las pelis ganan los buenos, sobre todo las americanas. Así que toma nota chaval, que la mayoría (también la que te vota) ya se ha cansado de ir con los malos, leñe. ¡Que queremos ser europeooooooos! y también pro-occidentales y pro-ricos y pro-socialmente acomodados. Si él quiere ir de malote que vaya en privado (estilo Mosley, con cueros y látigo), o que vuelva a la escuela.

charco

Cuando te hablo es como si tirara mis palabras a un charquito de agua sucia, y se mojaran, y se deshicieran.  Las miro desperdiciadas pero nada puedo hacer excepto pensar que será la última vez que eso pase.  

Siempre es así.

¿Habrá otras vidas?

Y no me refiero a la vida eterna ni nada de eso. Me refiero más bien a ese rollo con el que todo el mundo ha fantaseado alguna vez. Eso de que “me ha dicho una gitana que en otra vida fui vikingo, y luego geisha, y luego el tío que gritó “Tierra” en una carabela hace 500 y pico años."

Pero claro, la adivinadora de marras nunca da malas noticias. Nadie quiere haber sido uno de los gaseados en Treblinka, ni una víctima de la peste negra, o uno de esos chavalines africanos de cabeza y tripa hinchadas que salen por la tele justo a la hora de cenar.

Supongo que imaginar algo así es una forma de desear una vida mejor, o más apasionante, o distinta simplemente. O quizá sea sólo la curiosidad. A mí, puestos a desear, me gustaría haber vivido la vida de alguien que realmente pasó a la posteridad. Un Velázquez, un Pasteur o incluso la breve vida de alguien sensible pero intenso, un Miguel Hernández por ejemplo o Hendrix.

Creo que estoy siento egoísta. Pobre Velázquez, no sería justo que se hubiera reencarnado en alguien mediocre como yo, pero, qué demonios, algo habría hecho en su vida para merecerse esta penitencia. Ya se reencarnará en alguien de mayor categoría la próxima vez. Y que no se queje, leche, le podía haber tocado alguien más chungo. Y no me refiero “al del medio de los Chichos”, no, sino a algo peor, un contertulio del corazón por ejemplo (¿Mariñas? Puaagggggg )

Buf, estoy pensando que esto de la reencarnación tiene mucho peligro. Virgencita, que me quede como estoy … O quizá ... si me reencarno en un personaje de ficción. Uhmm, podría ser buena idea. Me voy a ir probando el burro a ver qué tal me queda ...


sueño un terremoto

Quiero saber qué fue lo que soñaste esa noche de terremoto violento. Yo estaba en algún país lejano, lleno de verano seco, eterno, llevaba un sombrero grande con un pañuelo amarrado alrededor, celeste, unos grandes lentes de sol, los labios pintados de morado y las manos muy limpias. Quiero decir que iba sobre un camello pero no sería cierto, iba en un auto antiguo pero confiable, manejaba un hombre de piel oscura, grande y guapo, de ojos verdes y de cejas marcadas muy serias. Yo sonría durante el largo trayecto, el hombre que manejaba se mantenía siempre atento a pesar de no haber tráfico alguno en el desierto. De algún lugar una música muy baja y las manos del hombre, recién las noté, lucían cuidadas, casi delicadas. Me suele suceder que me doy cuenta de que sueño, y justo cuando estoy dispuesta a sacarle provecho a la ocasión me entra una pequeña duda, un ligero cuestionamiento de la realidad. Y entonces me contengo y no hago nada. Al despertarme cargo una sensación de fracaso surrealista. Pero espera, todavía no me dijiste qué soñabas tú.

Confieso que he vivido

este es el título del libro en el que Pablo Neruda contó las memorias de su azarosa vida. Reconozco (confieso) que no lo he leído, y no creo que lo haga por miedo a que el contenido no sobrepase la grandeza del título.

"Confieso que he vivido". Cuatro palabras, dos verbos, miles de posibles interpretaciones para un millón de sentimientos. Ójala para todos nosotros llegue un momento en la vida en que la plenitud del presente desborde los recuerdos. Y quizá sea ese el momento para emular a Neruda y, mirando hacia atrás, murmurar el título de este post.
¿Solidaridad, o ingenuidad?

os pregunto ¿cuál ha de ser nuestra actitud ante los desconocidos que piden nuestra ayuda económica?. Por ejemplo, ante personas que venden "La Farola" en la calle, o ante los que nos quiere vender unos pañuelos en el semáforo, o en otra dimensión ante los hambrientos que nos miran desde algún ignoto país africano a través de la pantalla de TV. Daos cuenta de hablamos de gente que no conocemos y por tanto, al ayudarles hacemos un acto de fe creyendo que realmente necesitan nuestra ayuda.

Es difícil responder ¿no? Yo veo que en mi entorno la gente está muy desengañada. Hay personas que harían lo que fuera por alguien cercano pero que ya no se fían de lo que no conocen. No siempre pensaron así, pero la vida abre muchos ojos a palo limpio, y a veces cuando más abrimos los ojos más cerramos las manos. Les puedo entender, pero aún no comparto su fatalismo.

Para mí, un tío que vende pañuelos en el semáforo es un necesitado que se juega el tipo entre los coches. Un yonqui que mendiga en el metro es un pobre tipo a quien nuestra indiferencia ya no hace ni daño, pero quizá sí nuestro desprecio. Y las ONG´s son organizaciones que cubren la brecha que la avaricia occidental ha creado entre dos mundos. No soy ciego, sé que a veces el del semáforo se gastará la recaudación en whisky, el yonki puede ser el mismo que luego me robe en una esquina y la ONG puede estar dirigida por un estafador que se lo lleva crudo.

Así que, de momento, prefiero formar en las filas de los que abren la cartera sin preguntar. Me siento orgulloso de ver los logos de las ONG´s con las que colaboro en medio de los campos arrasados de África, Sudamérica y Asia, pero aún más cuando esos campos cambian de aspecto graciaa a nuestra ayuda. Y quizá cambie de idea, con el tiempo y unos cuantos golpes, pero aún tengo la suficiente confianza en la gente para agradecer la sonrisa del tipo del semáforo, sin preguntarme si sonríe por gratitud o porque ya está paladeando un trago de whisky a mi salud.
Lo que pasa en la calle

La gente corriente no entiende de balanzas comerciales, opciones sobre futuros o conversiones de bonos. Quizá sea esa la razón por la que el debate Pizarro-Solbes de hace un año fue calificado como el bodrio de la década por los pocos que intentaron comprenderlo. Lo que sí sabe la mayoría es lo que cuesta un bonobús y por supuesto el precio de un café en un bar, precisamente esas materias donde suspenden Rajoy y Zapatero.

Tampoco sabemos la cifra total de parados en Europa, pero sí cuantos de nuestros amigos no tienen trabajo. No sabemos nada de las dificultades del Royal Bank of Scotland o de GM o de Fortis Bank, pero al pasar por los polígonos industriales se nos encoge el alma al mirar a las naves abandonadas o a los camiones inactivos.

Realmente podemos perdonar a los políticos que anden un poco perdidos sobre nuestras respectivas economías domésticas, incluso que ignoren que las estadísticas no son sino la suma de tristes historias particulares, pero ¿cómo no exigirles que disimulen un poco, que se les note algo afectados por lo que a los demás nos quita el sueño?

La semana pasada seguí atentamente las declaraciones del candidato socialista a la Presidencia de Galicia y volví a tener esa sensación de los políticos no tienen ni idea de lo que realmente pasa en la calle. Te ha estado bien, pensé ayer cuando oí su derrota. Y no por tener una estantería de 119.000€ en tu despacho, sino por creer que a la gente no le iba a importar demasiado. Bobo, que dicen en el pueblo.


Hala “Torito”, ahora ponte delante de una pizarra, tiza en mano, y escribe mil veces: “No volveré a tirar el dinero público nunca más”. O también “Miraré más a la calle que a las encuestas”.