El truco final

tres pasos componen un truco de magia: la "promesa", en la que el mago muestra algo vulgar que en realidad esconde algo misterioso; el "giro", en el que lo ordinario se revela extraordinario, y el "prestigio", el momento en que el mago, con sus poderes, devuelve todo a su lugar natural. En esta parte final está el mérito, "¿cómo lo ha hecho?", exclama el público maravillado al ver que aquel hombre, cuyo cuerpo parecía estar atravesado por sables, sale de la caja mágica andando e incólume.
Los políticos son una suerte de magos hechiceros. Marcan los pasos mitineros con la promesa de una bajada de impuestos que, sin duda, esconde algo. Luego nos envuelven con palabras mientras preparan el giro, y todos observamos maravillados cómo a la vez que prometen cobrarnos menos, nos dan más servicios públicos, algo extraordinario sin duda. Y finalmente, ... ¡tachán! el prestigio, o en su caso, más bien el desprestigio, pues el orden natural se vuelve a instituir y vemos, incrédulos, como a pesar de quitarnos menos y darnos más, nuestros bolsillos continúan vacíos.

Gentuza y gentuza, sociatas y peperos. Los magos giran estos días la varita y edulcoran la realidad vistiéndose con ropas de mesías. Sus medidas no saben a nada dulce, si acaso a sacarina. Así que, yo al menos, no veré el debate II. Paso de truco final. Y de segundas partes, que como es sabido nunca fueron buenas, sobre todo cuando la primera ya era un bodrio.

Señorías por favor, cómanse sus 400€, su ingeniería financiera y sus excels maquiavélicos ... que si quieren una medida social contundente y solidaria, yo les propongo una. Rebaja del IVA para particulares al 4% para la luz y el gas y exención total de IVA y tasas especiales para las rentas inferiores a 600€. ¿A que no hay huevos?