¿dónde está el límite a la libertad de expresión?

Desde hace dos semanas mi estrés tiende a cero. Muchos días libres, cierre de año laboral, deberes regaleros hechos, ... así que llevo unos días observando la realidad con cierta tranquilidad y desde alguna altura. Ello permite ver algo más claro, y sobre todo más sosegado.

He aquí que en mi estado observo la homilía de la plaza de Colón y me digo, "muy bien hombre, así me gusta, reunión familiar de gente con las mismas inquietudes, olé por los "kikos" y demás fauna cristiana". Luego leo los resúmenes (sesgados sin duda) de lo proclamado por alguno de los oficiantes y me digo "ahí va la hostia (nunca mejor dicho), tiran a dar estos tíos. No piaron igual cuando negociaban los cuartos con De La Vogue", pero a la vez pienso para mí mismo que nunca me ha molestado que alguien declame en público. Estamos en un país libre.

Y al día siguiente leo los diarios y oigo las reacciones de los que se creen próceres de la patria. Opiniones de todo pelaje pero sin duda todas cargadas de la VERDAD absoluta. Parece que los políticos se creen sabios por haber salido elegido por el pueblo, que no Elegidos por deidad alguna. "¡Gran escándalo! ¡gran verdad! ¡los obispos a las iglesias! ¡no, a las palestras!" Sandeces.

Hoy, un vocal del Consejo General del Poder Judicial, D. Alfons López Tena, ha dicho que "(...)la libertad de expresión y la de manifestación existen en beneficio de que cualquiera, incluso la Iglesia, pueda defender lo que estime oportuno, estén o no de acuerdo los demás, y especialmente si está en contra del gobernante. Es el mismo derecho que ampara quemar fotos del Rey, y tan ilegítimo es condenar penalmente a los autores como amenazar a la Iglesia con revisar sus privilegios fiscales, asignaciones económicas y primacía simbólica estatal, por manifestarse en contra de la política del gobernante (...).

¿qué opinan los lectores del blog? ¿vivimos en un país de masones, de curillas o simplemente nos quejamos demasiado por opiniones que no nos gustan?